Duelo directo por no bajar
No perdamos el sentido de la orientación. La circunstancial situación del Valladolid en la tabla no significa nada más que un buen arranque liguero que habrá que ver si los de Sergio son capaces de mantener con el paso del tiempo. Tras un aterrizaje correcto, los blanquivioletas han demostrado que pueden caminar sin miedo por la categoría y que son capaces de tutear a cualquier rival. De hecho así ha sido en los siete partidos que han disputado. Pero, por favor, no confundamos el objetivo ni descartemos las enormes dificultades que a lo largo de la temporada el equipo pucelano se va a encontrar. Se trata de mantener la categoría, de seguir sumando para alejar el peligro, de ser conscientes de que llegará el bajón, aparecerán los momentos de debilidad. Y por eso es fundamental sumar, cuanto más mejor, en cada posibilidad que se presente.
Y
hoy, ante el Huesca, un rival directísimo, llega otra gran oportunidad para ganar. Desde marzo de 2009 el Valladolid no gana tres partidos seguidos en Primera y hoy puede volver a hacerlo. No será fácil, pero el buen momento vallisoletano permite el optimismo. Ganar serviría para dejar a Leo Franco con una estocada casi definitiva y para ampliar en siete los puntos de distancia entre castellanos y aragoneses. Equipos que han seguido caminos casi paralelos en los últimos años con aquel
Levante-Huesca del final de hace dos años que tan malas sensaciones dejó a todos menos a los oscenses. No se trata de tomarse revancha, pero sí de alejar al Huesca lo máximo y crearle todos los problemas posibles en la clasificación.