AS (Valladolid)

Ingleses, estáis avisados

- DESDE LA TELE TOMÁS RONCERO

Luis Enrique, firme. El asturiano sigue con su hoja de servicios inmaculada. Triunfo de prestigio en Wembley ante

Inglaterra (1-2), goleada apabullant­e y ruidosa ante la subcampeon­a del mundo en Elche (6-0 a Croacia) y nueva goleada, esta vez a domicilio, ante la semifinali­sta de la Eurocopa de 2016 (1-4 a Gales). Me da igual que no estuviese su estrella más rutilante (Bale). Hoy día nadie te regala en fútbol ni los buenos días. ¿Recuerdan cómo Corea

del Sur despachó del Mundial a la Alemania que llegó a Rusia como campeona? Por eso, que nadie reste mérito ni caché a este triunfo solvente, vistoso y concluyent­e. Esta España está rejuveneci­da. En el DNI y en el espíritu del equipo. En ataque te encuentras a Suso, Alcácer y

Morata, tres arietes que antes de la cita rusa se les veía casi como un desecho de tienta. Pero llegó Luis Enrique y los ha convertido de nuevo en jugadores ambiciosos, dinámicos, hambriento­s y con pólvora. El ex del Barça hizo un doblete de ‘9’ puro. Mi hijo me telefoneó al descanso: “Papá, ¿qué le han hecho a Alcácer en Dortmund?

Ahora es buenísimo”. Le dije la verdad: “Hijo, esto es como en la vida. Le han dado confianza. Y con confianza el talento fluye sin escolta, sin miedos...”. Factor Bale. Eso no quita que Gales, cuya gran figura está en su banquillo (el legendario

Giggs), acusara en exceso la ausencia de Bale. A Gareth sólo le vimos en el descanso recogiendo un premio que le acredita como máximo goleador de los galeses. Pero no sabemos si está lesionado, o si le duele el sóleo un poquito, o si tiene sobrecarga muscular, o si el músculo está sobrecarga­do, o si sí pero no, o si le duele la conciencia... Los no partes médicos hablan por él. Un silencio que le delata.

Suso es el ejemplo. Luis Enrique ha sacado a La Roja de la cueva. No hay que esconderse ni avergonzar­se tras los fiascos de Brasil (2014), Francia (2016) y Rusia (2018). El asturiano actúa con naturalida­d y los chavales le responden. Suso es uno de sus yogurines. Jesús Joaquín Fernández Sáez de la Torre. Así se llama de verdad este talentazo de Algeciras. A sus casi 25 años aporta un aire fresco que representa la nueva era. Y al gaditano súmenle a Ceballos. El utrerano se ha asentado como mariscal de la medular y juega con una desenvoltu­ra propia de un veterano. No es Iniesta, pero tiene identidad propia y mucha personalid­ad. Vamos bien, Dani.

Noveles y veteranos. El míster no sólo nos ha alegrado la vida tras ese verano del que nunca más querré acordarme, sino que ha tenido la entereza de rescatar del baúl de los recuerdos a un veterano como

Raúl Albiol, que a sus 33 años sigue sentando cátedra en el

Calcio, en las filas del Nápoles de Ancelotti. Me gusta que LE (Luis Enrique) no mire el DNI. Y por cierto, dos goles de Sergio

Ramos (el capitán no baja la guardia y más en el estadio en el que levantó hace dos años la

Duodécima) y Marc Bartra, que en el Betis de Setién ha encontrado el apoyo y el ecosistema idóneo para demostrar su jerarquía. Un aplauso para ambos. El himno. En el minuto 77, y ya con 0-4 en el marcador, la fiel afición galesa se puso a cantar

a capella su himno nacional. Me puso la piel de gallina. Me gusta ese orgullo que va más allá del resultado. Son galeses se gane o se pierda. Eso debe dar alas a los jugadores. Por eso, hoy que es el Día de la Hispanidad y la

Fiesta Nacional, reivindico a la España de nuestro Luis Enrique: heterogéne­a, entusiasta y comprometi­da. ¡Viva España!

El próximo lunes el modernizad­o estadio del Betis reventará con casi 60.000 almas animando a España, que nos ha rescatado el ánimo y el orgullo. Los ingleses van a sufrir lo suyo...

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