Míchel Herrero acabó exhausto en el Villamarín

■ Míchel recorrió 12 kilómetros durante el partido ante el Betis en Sevilla. Ayer reconoció: “En toda mi carrera nunca acabé así un partido. Después, en el hotel, me dolía el estómago una barbaridad y no podía comer nada. Pensamos que podía ser una gastroenteritis, pero los doctores me dijeron que era fruto del palizón que nos habíamos dado. En las últimas contras podría haber decidido mejor pero yo creo que no me llegaba bien la sangre al cerebro. Aquí corremos mucho todos, pero el esfuerzo merece la pena”. En ese sentido Alcaraz añadió: “Tenemos claro que eso que le pasó a Míchel nos tiene que pasar al resto todos los días. Individualmente no tenemos estrellas que nos solucionen los partidos. El resultado lo sacaremos corriendo mucho. Si acabamos así de fatigados todos los partidos, será una buena señal. El día que no lo hagamos vendrán las complicaciones”. Los dos futbolistas del Valladolid coincidieron en reseñar la importancia de los puntos del próximo sábado ante el Eibar: “Es un equipo muy organizado que juega muy bien los espacios. Es un partido muy importante. La cifra de puntos que llevamos es muy buena, pero no podemos pararnos. En casa estamos haciendo un buen fútbol y la gente disfruta. Hay que hacerse muy fuertes en casa ya que por Zorrilla va a pasar la salvación. La afición nos da la vida, ellos no son conscientes de lo que nos ayudan”.