Este Santi es una Mina
El gallego y Soler dan un triunfo balsámico al Valencia
Mestalla vio por fin ganar a su Valencia. Los de Marcelino se quitaron los miedos y cumplieron en su primera final. La inspiración de Mina y Carlos Soler les dieron una balsámica victoria y una vida extra en la Champions. La pena es que la noche sufrió un giro inesperado. El United venció a la Juventus y ello, salvo que el Young Boys profane Old Trafford, fuerza a los de Marcelino a ganar en Turín y también al Manchester en Mestalla. Champions, dos tazas.
La celebración del primer gol de Mina (14’) fue de liberación. De emociones contenidas desde hacía tiempo. La suerte que le había sido esquiva al Valencia en otros partidos no se cebó con ellos. Al menos el rechace tras remate al palo de Soler le cayó al gallego. Mina lo festejó a lo Lebron James, con furia en cada una de sus zancadas; Coquelin agitaba su puño con genio y los brazos de Gabriel y Garay hacían fusión con los de Neto. Lo dicho, liberación.
Marcelino se dejó de rotaciones. Repitió el ‘11’ del Girona y con ello puso músculo en la medular: Kondogbia y Coquelin, y menos mal. El Young Boys, con la venia del rumano Kovács, se infló a dar patadas sin apenas consecuencias en forma de tarjetas. Ngamaleu bien pudo ser expulsado antes del descanso. Por reiteración y también por excederse del reglamento. De hecho, Seoane le sustituyó para no jugar más con fuego. Y precisamente de una falta no pitada de Sanogo a Coquelin nació la contra que acabó en gol de Assalé (37’).
Al Valencia, esta vez, le dolían más las patadas que el empate de los suizos. Los de Marcelino no entraron en depresión. Al contrario. El gol les enrabietó, les agitó su autoestima y solo 5’ después Mina volvía a ver puerta. Curioso el dato: 26 ocasiones contra el Girona, ni un gol; tres remates hasta ese instante ante el Young Boys, un palo y dos celebraciones. Así es el fútbol. Caprichoso. De momentos.
A Mina le alejaron en verano de un amigo (Zaza) y le ficharon por 19 millones a dos rivales.
Uno de ellos, Gameiro, vio y escuchó cómo Mestalla se ponía en pie para ovacionar al gallego cuando le reemplazó, mientras que a él le recibieron con pitos. La vuelta de Mina ha sido una bendición para Marcelino (Ebro y Young Boys dan cuenta de ello) y también para Rodrigo, que por lo que sea, quizás sólo por mera cuestión de frescura, juega mejor a su lado. Para cuando Mina fue sustituido, Carlos Soler había sentenciado el partido. Ahí tocó la lona el Young Boys, aunque siguiera a lo suyo: dando patadas (roja a Sanogo)... aunque más dolió lo del United en Turín.