Lograr una seña de identidad
Es redundante decir que hay que disfrutar de lo que está ocurriendo, porque ya se ha dicho hasta la saciedad. Estamos viviendo un momento dulce dentro de la pequeña historia del Real
Valladolid. Leyendo la entrevista en estas mismas páginas el sábado a David Espinar, uno de los hombres más cercanos a Ronaldo, cabe intuir que la cosa sólo debería mejorar y puede que una simple anécdota sirva para reflejar lo que puede significar la llegada de
O’Fenómeno. En el partido que se disputó en el Bernabéu, charlando con un joven compañero de la prensa de Madrid, nos daba la enhorabuena por estrenarnos en Primera, dando por sentado que era la primera vez que el Pucela pisaba esta categoría. Es la típica ignorancia del que vive con el paraguas que proporcionan los equipos grandes.
Pero también es el reflejo de lo que significa Ronaldo, ya que desde su llegada, ha hecho que muchos ojos que antes ni siquiera miraban, ahora quieran ver. Hay muchas maneras de poner en marcha un negocio; la que parece haber elegido el brasileño es la de la implicación y la mejora. De momento va sentando las bases, aunque realmente no están trascendiendo grandes cambios. Lo cierto es que la bonanza deportiva que estamos viviendo puede ocultar todo lo demás, igual que lo hace si van las cosas mal. En definitiva, en el fútbol el paso lo marcan las victorias, los goles y la clasificación; todo lo demás es añadido y permite crecer como club. La implicación social y ser capaces de meterse aún más en el tejido de la ciudad y de los aficionados. Un reto sería lograr que el club sea para muchos más una seña de identidad.