Un Madrid sin defensa
Ha recibido 19 goles en Liga La peor cifra en diez años... Con Ramos, Varane y Marcelo, como en el Clásico y el Pizjuán
EI Madrid se deshilacha por la defensa. Con los tres de ayer, el equipo sale en Liga a casi gol y medio en contra (1,46 de promedio). Diecinueve en trece jornadas. La receta de Solari, tras el partido, fue vaga. “Intentaremos bajar los goles en contra y aumentar los tantos a favor, es lo que intentaremos”, se limitó a decir.
Y eso que el argentino, obligado a improvisar defensas (subió a Javi Sánchez) por las lesiones en sus cuatro partidos a prueba, ayer pudo tirar de la zaga de lujo. Se guardó a Carvajal, pero alineó a Ramos, Varane y Marcelo. Los dos primeros capitanes y un campeón del mundo. Los tres, premiados en la última gala del The Best.
Los tres también estuvieron en el 5-1 del Clásico (el dos fue Nacho) y también en el 3-0 del Pizjuán (de nuevo, con Nacho), los otros dos batacazos más sonados del curso. A excepción también, quizá, del 1-2 ante el Levante. También la línea que utilizó Lopetegui aquel día en el Bernabéu tenía al español, el francés y el brasileño (más Odriozola, como en Eibar). El Madrid recibe más torpedos en el casco cuanto más de oro es su blindaje...
Estos 19 goles en contra a estas alturas de Liga no se registraban desde la 200809, con Schuster antes de ser destituido. Pero aquel equipo del alemán sólo perdió en tres jornadas (Deportivo, Valladolid y Getafe) y marcó 10 goles más que el actual. En la tabla clasificatoria, al menos, era cuarto.
La crisis ha vuelto y el vestuario vuelve a apuntar a “la actitud”, según Ramos. Entre el capitán (14 pérdidas), Varane (13) y Marcelo (¡24 balones perdidos!) el Madrid se desangraba para construir ante la presión de Mendilibar. Tampoco Odriozola (9 pérdidas), asfixiado por Cucurella, pudo echarles un cable.
Problemas.
Las miradas apuntan a la retaguardia y parece un sálvese quién pueda. Kroos, sólo dos recuperaciones en Ipurua, apuntó a la zaga: “Tenemos que mejorar en defensa, no estuvimos a la altura”. Los de atrás, como Varane, reparten responsabilidades: “No estamos bien colectivamente...”. Y mientras, el efecto Solari se va por el desagüe.