“Me gusta ganar a pilotos que podrían ser mis hijos”

Gabriele Tarquini se ha adjudicado el Mundial de Turismos con 56 años. Pasó por la F1 a finales de los 80: “Entonces una escudería tenía seis personas y cuatro eran mecánicos”

De la quinta de Carlos Sainz, Gabriele Tarquini

celebró la semana pasada, con 56 años, su segundo título en el Mundial de

Turismos pilotando un Hyundai i30 que ha sido la referencia en la primera temporada con especificaciones TCR. El italiano corrió en F1 entre 1987 y 1995, pero su éxito le llegó en turismos. “El cambio del WTCC a WTCR ha sido inteligente, un coche simple, fácil y barato es la clave del éxito, y es sólo un segundo por kilómetro más lento que el anterior”, introduce.

—¿Qué siente ganando a pilotos que podrían ser sus hijos?

—Me gusta ganarles, claro. Sinceramente, no sé por qué aún soy rápido como hace 20 años. Trabajo con la misma pasión que cuando empecé, y mi primera carrera fue en 1974, con cinco años, en kárting. La edad no la siento como un hándicap y la experiencia sí la puedo utilizar. Cuando tenía 40 años pensaba que me quedaba uno para retirarme, así que desde entonces firmo los contratos por un año.

—¿Qué le pide a un coche de carreras para divertirse?

—Quizás no sea el más adecuado para tener un campeonato popular, pero para mí el mejor coche es muy caro, lleno de electrónica, máxima potencia y par, mucha carga aerodinámica... En los 90 el DTM o el ITC los tenían, eran más complejos que un F1, pero con tantos costes el campeonato aguantó un año. Fuera de la F1 no se sostiene un presupuesto así.

—La F1 que usted conoció se parece poco a la actual.

—En mi época el coche también era más sencillo. Recuerdo una temporada que la escudería la formaban seis personas y cuatro eran mecánicos. Quizás eso era mejor para los pilotos, y hubo grandes campeones. Senna, Prost, Hill, Mansell, Piquet, Alboreto, Patrese, Berger...

—¿Y debería simplificarse?

—Sí, porque hace diez años el efecto de la F1 era intocable. La gente pagaba mucho dinero para estar a 200 metros de los coches y funcionaba bien, pero ahora todo eso es diferente. Los jóvenes de hoy no sueñan con tener un deportivo, quizás ni siquiera necesiten conducir. Pero la F1 está intentando cambiar, hay otros dueños y quieren acercarse a la afición.

—De todos los coches que ha pilotado en su carrera, ¿cuál expondría en su salón?

—El mejor para pilotar siempre es un F1 por las sensaciones increíbles... pero para competir, las mejores carreras de las que formé parte eran de turismos porque por las características del coche puedes hasta tocar a un rival. No tuve buenos resultados, pero elegiría el del ITC, en 1996, un Alfa Romeo increíble.

—¿Cómo imagina el automovilismo dentro de 10 años?

—Probablemente eléctrico, ganará quien mejor gestione las baterías. Pero yo tengo una mentalidad joven, ya le he dicho a la gente del proyecto E-TCR que quiero probar el coche. No digo que sea una mierda por ser eléctrico, quiero probarlo y tener esa experiencia.

Cambio a WTCR “Ha sido inteligente, un coche simple, fácil y barato es la clave del éxito”