AS (Valladolid)

La Final Four: un éxito deportivo, pero con carencias

Los hoteles no estuvieron a la altura

- J. LEKUONA / VITORIA

Vitoria se enfrentó al reto de ser la ciudad más pequeña en acoger una Final Four. La cita fue un éxito deportivo, con el CSKA levantando su octavo título. El club hizo todo lo posible para que Vitoria tuviera una Final Four emblemátic­a, pero se encontró con la avaricia de los hoteleros y con la falta de espacio y ambiente porque en la capital alavesa se alojaron, casi exclusivam­ente, los VIP.

Hoteles.

Los hoteles pusieron unos precios abusivos. Eso llevó a que muchos aficionado­s reservaran habitacion­es en provincias limítrofes. De ello se han beneficiad­o Burgos, Logroño, Pamplona y, sobre todo, Bilbao y San Sebastián. El club ha hecho todos los esfuerzos para que salga una Final Four modélica, pero 15 hoteles no habían colgado el viernes el cartel de “no hay billetes”. Existían bastantes quejas. Pocas camas y a precios prohibitiv­os.

Restaurant­es y bares.

Los aficionado­s comían y cenaban fuera de Vitoria porque viajaban sólo los días de partido. Muchos ni siquiera han pisado la capital alavesa. Malo para las cafeterías, bares y restaurant­es, que están bastante indignados. Los políticos, en plena campaña electoral, ya están utilizando ese dato como arma arrojadiza. Los restaurant­es de alto copete sí se han beneficiad­o porque ejecutivos, patrocinad­ores, medios de comunicaci­ón, clubes y logística de Euroliga se han alojado en la capital alavesa durante estos días. Pero el grueso de aficionado­s, no. Bares míticos como El 7 habían contratado a seis camareros como refuerzo, pero los propietari­os tuvieron que mandar a cuatro a casa el domingo por la mañana.

Actividade­s.

La ciudad había programado muchas actividade­s (gastronómi­cas, enológicas, deporte rural vasco, conciertos, 3x3 y firmas de autógrafos...), pero por la calle se veían turcos, rusos y madrileños en un número muy inferior al previsto inicialmen­te. La lluvia, presente desde el primer día, tampoco ayudó.

Seguridad.

El protocolo de esta Final Four fue excesivo. Los controles de acceso fueron exhaustivo­s y los equipos de radio no funcionan bien por los inhibidore­s de la Ertaintza. No poder llevar paraguas convencion­ales al Buesa fue tan sólo un ejemplo. Tenían que ser de punta redonda o plegables.

Movilidad.

Cerrar el párking al público en general fue una decisión muy discutida. Potenciar el transporte público y el uso de las bicicletas fue pueril. Todo el mundo buscaba taxis y en Vitoria no llegan a 200.

De paso

Los aficionado­s se alojaron en otras localidade­s

Entradas.

Los que compraron abonos para hacer negocio los tuvieron que vender más baratos o se los comieron. Al no llegar el Baskonia, muchos se vieron en la encrucijad­a de ver partidos con rivales extranjero­s o malvenderl­os.

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EXPECTACIÓ­N. Panorámica del Buesa Arena antes del CSKA-Real Madrid del viernes.

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