Ángel Madrazo
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Cuando comenzó esta Vuelta, ¿se imaginaba que al paso de la competición por Cantabria, su tierra, usted sería uno de los protagonistas de la carrera?
—La verdad es que no. Mis objetivos siempre han sido dos: llevarme una etapa y llegar con el maillot de la Montaña a Madrid. Por ahora he conseguido la mitad y me queda la otra mitad, que se está poniendo muy difícil. Pero yo también me he encabezonado con lograrlo y, como ya dije, soy muy cabezón. (Ángel Madrazo, Santander, 31 años, es uno de los nombres propios de esta Vuelta. Protagonista en la carretera con su triunfo en Javalambre y su liderato en la Montaña, pero también fuera de ella con su genial rueda de prensa tras la victoria, en la que mostró su extrovertido carácter).
—¿Estaba acostumbrado a tanta atención y cariño? —Entrar en mi tierra con una etapa y el maillot de la Montaña da una motivación extra. Me metí en la escapada, aunque no resultó nada fácil.
—Una victoria histórica para el Burgos que justifica la presencia del equipo en carrera. ¿Se ve con fuerzas para seguir luchando por la Montaña?
—Si no me sintiera bien, no podría ser capaz de filtrarme en los cortes, que están siendo carísimos. La clasificación de la Montaña es muy dura. Pero mentalmente me noto muy centrado. Mi cabeza es importante para mí, y lo voy a dar todo.
—¿Después de lo que ha alcanzado, ‘El Gorrión de Cazoña’ ya es un halcón o un águila?
—No, no, sigo siendo El Gorrión. Tengo los pies en la tierra e intento seguir así.
—¿Qué tal se le está dando la PlayStation que le regalaron?
—Pues todavía no la he abierto, porque como la encienda igual me quedo jugando hasta las cuatro o cinco de la mañana al —No hay ningún problema. Está muy contenta por mí, por todo lo que estoy logrando. Y ella sabe que es la gran base de mi esfuerzo. Sin ella no podría haber conseguido todo esto.
—¿Ha recibido muchos mensajes por la rueda de prensa que dio en Javalambre?
—Muchísimos. Parece que llegué a la gente. A mí me sorprende, porque fui natural. Soy así siempre. Me gusta bromear y vacilar, soy de los que piensan que hasta en los momentos malos hay que reírse.
—Será la alegría del Burgos.
—Bueno, pero también me pillo unos buenos rebotes. Hay veces que en carrera, con el coche, de repente me enfado mucho, pero la gente sabe que mis enfados se pasan pronto y luego nos reímos todos de eso.
Aún no he abierto la Play, no sea que me quede jugando hasta las cuatro o las cinco...”