Ramos triunfa por la gorra

El récord de Sergio Ramos peligró seriamente en el aeropuerto de Bucarest. Al capitán de España y del Madrid casi no le dejan salir de Rumanía por no quitarse la gorra y pasarla por la cinta de equipajes, como le reclamó la autoridad. El camero iba tan contento cuando un guardia de seguridad le pidió medio en inglés medio en rumano dejar la gorra antes de pasar por el arco de seguridad. “¿Pero qué

dice, que me quite la gorra...”, se rebeló Ramos. “Eso mismo, que se la quite. No puede pasar con ella puesta. Tiene que pasar por la máquina de rayos...”, le respondió para su sorpresa en perfecto castellano el guardia rumano, del que luego se supo que había trabajado varios años en nuestro país, que había aprendido bien nuestro idioma y que conocía a Ramos de sobra. Sergio se descubrió, y pasó el control.

Un exceso de celo que no nubló las ideas del capitán. Sergio Ramos está siendo protagonista en esta convocatoria de la Selección. No sólo por su gol de penalti en Bucarest, por el récord de Casillas o por el incidente narrado de la gorra. También por las cosas que no han sucedido aún, pero que sucederán pronto. Porque Sergio Ramos hablará en Noruega el Día de la Hispanidad. No lo hizo en

Gijón por dos razones, porque aún no ha superado a Casillas (hoy le empatará) y porque el partido ya tiene un homenajeado: Quini. Sergio no quiere quitarle foco a su amigo Íker ni recuerdo a la memoria de El Brujo. Por eso ha decidido no hablar sobre su récord ni sobre su futuro en la Selección hasta el mes que viene. Pero aquí les dejo un anticipo: Si todo va bien, seguirá con España al menos hasta Qatar 2022.