AS (Valladolid)

Scariolo “Más nos vale ir con todo”

España se mide a Serbia ● Argentina o Polonia, su rival en cuartos

- JUAN JIMÉNEZ WUHAN (CHINA)

España ha hecho tan bien los deberes desde que empezó el Mundial que se ha guardado en el bolsillo el comodín de la derrota. Con un paseo ante Túnez y tres victorias esforzadas contra Puerto Rico, Irán e Italia, está en cuartos antes del último duelo de la segunda fase. Hoy conocerá quién es su rival, Argentina o Polonia; y dónde tiene que jugar, Shanghái o Dongguan. Y quiere ser líder, pero sin perder la cabeza. Sólo 48 horas después de medirse a Serbia, y con un viaje entre medias, se jugará estar en la pelea por las medallas y quién saben si por una plaza directa para los Juegos. No parece el escenario ideal para arriesgar, menos cuando la exigencia del rival es extrema (Serbia ha ganado sus duelos por 38,25 puntos de diferencia media) y no hay demasiado que ganar en esa travesía.

Hoy en Wuhan, pues, veremos dos maestros jugando al

ajedrez. “Esperaré a ver qué pone Scariolo en la cancha, nosotros nos adaptamos bien”, dice Djordjevic. Sergio y Sasha se conocen desde hace 25 años. El selecciona­dor español y ayudante en los Raptors le dirigió en Bolonia y en el Madrid. Se han respetado y se han hecho favores de todo tipo. Entrenando al Unicaja, el equipaje del conjunto malagueño se perdió en una escala MilánBelgr­ado. Djordjevic consiguió equipacion­es de repuesto para jugar contra el Partizan en Euroliga. Casi nadie se dio cuenta...

El serbio, que aprendió el oficio de jugador y entrenador en su casa (su padre, Bratislav, fue un técnico respetado en la antigua Yugoslavia) se ha convertido en el abanderado del regreso al baloncesto clásico. “Smallball, smallball, allí donde te giras te encuentras smallball. El cuatro jugando de cinco; el tres jugando de cuatro...”. Él ha construido una selección en las antípodas del baloncesto de bajitos que priroriza el tiro indiscrimi­nado de triples. También es cierto que ha encontrado una generación espontánea de estrellas gigantes: Jokic, Bjelica, Marjanovic y Milutinov. Hasta se podría añadir a Bircevic y a Raduljica. El caso es que Serbia, con una altura media de 2,05, también destruye por fuera con Micic, Jovic, Lucic y Bogdanovic.

A España no le sobra tanto. Su trabajo es gestionar con inteligenc­ia su capital humano. Es probable que el selecciona­dor alargue la rotación de jugadores (Beirán, Rabaseda y Colom no apareciero­n ante Italia) y acorte los minutos de las vacas sagradas en previsión de lo que llega. Las dos primeras fases sólo permitían una derrota. España, selección muy sabia en la gestión de los cansancios y el manejo de los resultados en la última década, se ha ganado el derecho a usar el comodín si el ajedrez con Serbia se le pone feo. Aquí nadie viene a ser arrasado en un partido de competició­n internacio­nal. Tenemos una reputación, un palmarés, una identidad por defender y debemos hacerlo de una manera sólida. Más nos vale ir con todo, hay que poner los cinco sentidos”.

Rival

Los balcánicos han ganado sus partidos por 38,25 puntos de diferencia media

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