La foto de Katowice cumple diez veranos
Ricky, Llull, Rudy, Claver y Marc, los que sobreviven
Faltan escasos 15 días para que se cumplan diez años justos de la conquista del primer oro español en un Eurobasket. Fue en Katowice, Polonia, y es recurrente recordarlo porque el rival fue Serbia, que en aquel tiempo se anunciaba dueña de un futuro que le ha llegado, pero con otros jugadores. Aquel 20 de septiembre de 2009, España arrasó por completo a los plavi (85-63).
Claramente en el recuerdo de todos siempre estará esta España que lideraban Navarro y Pau Gasol, que era un rodillo en la primera y en la segunda unidad. De aquella España todavía quedan cinco supervivientes. Ricky, Rudy, Llull, Claver y Marc estuvieron en aquel Eurobasket. A día de hoy, diez años después, son el corazón y casi el quinteto titular de la Selección. Es un buen termómetro para imaginar el talento que llegó a
reunir aquel equipo en el que, además de los siete mencionados, estaban Jorge Garbajosa, Raül López, Felipe Reyes, Álex Mumbrú y Carlos Cabezas. De Serbia, sin embargo, de aquella final sólo sobreviven Bjelica y Raduljica. Teodosic se quedó fuera por lesión. Pero aquella generación que parecía tener el futuro en sus manos ha sido arrasada por esta nueva Serbia que es subcampeona de todo y pretende al fin la corona.
Aquel vestuario español estaba mucho más lleno de egos que el de hoy y venía de ser campeón del mundo en 2006, subcampeón de Europa en 2007 y de jugar probablemente el mejor partido de la historia del baloncesto nacional, la plata dorada de Pekín. Era un grupo humano fantástico, pero Carlos Jiménez, su capitán, se había retirado de la Selección después de esos Juegos y gestionarlo no era nada fácil.
Desde cuartos de final, España fue una máquina de ganar y arrasó. Triunfó Pau, MVP del torneo. Scariolo, que acompañado de su inseparable Chus Mateo (“el primero de los segundos”), hoy ayudante de Laso en el Madrid, acabó abrazado al líder de la Selección en la celebración en una imagen simbólica que selló el comienzo de una alianza que trajo más éxitos: los Eurobaskets de 2011 y 2015, la plata de Londres y el bronce de Río. Y todavía el italiano y cinco jugadores de aquel equipo de 2009 alargan esperando a Pau Gasol para Tokio 2020.
A5:01 para el final del primer cuarto ante Italia, Scariolo mandó al banquillo a Juancho Hernangómez. Pareció un castigo, pero fue una bendición. Juancho, frustrado, le dio una patada a las almohadillas que estaban junto a Enri Salinas, el preparador físico de la Selección. Intuyó que estaría un buen rato sentado allí. Pero esos no eran los planes de Scariolo, que se le acercó para decirle algo. 31 segundos después, Juancho ya estaba en la pista otra vez y lo primero que hizo fue un mate tras asistencia de Llull. “Lo que quería era darle un toque, pero corto y que él sintiera confianza. Quedaba casi todo el partido. Pero tenía que volver con concentración defensiva, esa era la cuestión”, explicó Sergio Scariolo al final del partido.
Y resultó que, al fin, Juancho rompió el cascarón con una espectacular serie de canastas en el tercer cuarto. Anotó diez de los trece primeros puntos de España en ese periodo y se sintió con confianza al fin para ser importante en la Selección: “Estoy muy contento con Juancho porque ha jugado su primer gran partido a nivel internacional. Tiene que entender de lo que es capaz y de los errores que ha cometido porque así es como se aprende”.
Una década atrás En Serbia solo repiten dos jugadores de 2009; en España, cinco
Buena actuación Ante Italia fue su primer gran partido a nivel internacional
Punto de inflexión. El Mundial no ha terminado para Juancho, que ya apuntó su enorme potencial en el Eurobasket de 2017. Jugador ambicioso, él y sus compañeros esperan que el partido ante Italia apenas sea el punto de partida para soltarse y, sobre todo, tener una actuación más regular que le permita ser un referente en el que apoyarse. Hay quien visualiza unos cuartos de final contra Argentina en el que su duelo con Deck podría resultar determinante. Los gritos de “Juancho, Juancho” desde la grada por parte de su familia entrarían de nuevo en juego.