AS (Valladolid)

Pido perdón por haber dudado

- C. A. FORJANES /

Pido perdón. De corazón. Por dudar. Por no creer del todo en vosotros. Por ser un cenizo. Por no darme cuenta de lo grandes que podéis llegar a ser. Perdón Imanol, por no tener tu fe y convencimi­ento. Y Aperribay, por poner en tela de juicio decisiones que se han revelado trascenden­tales para el futuro de la Real. Perdón Olabe, por no creer igual que tú en fichajes como el de Isak. Merino, por no hacerte caso con tu discurso optimista. Perdón Oyarzabal, por no tener tu arrojo. Odegaard, por no verte capaz de comerte a Modric. Y Elustondo, por dudar de tus galones en un escenario tan gigante. Gorosabel, por pensar que no frenarías a

Perdón Remiro, Monreal, Le Normand, Muñoz, Januzaj, Guevara... por desconfiar en una día tan señalado. Por no soñar con la fuerza que lo habéis hecho vosotros. Por no tener vuestra garra, corazón y casta. Y disculpas a los cientos de aficionado­s txuri-urdin que se dejaron la garganta en la grada del campo del Madrid, porque sin su aliento no hubiera sido posible algo tan mágico como lo vivido en ese 6 de febrero que queda ya marcado con letras de oro en nuestra historia. Sí, yo era pesimista. No lo podía evitar. No lo puedo ocultar. Supongo que en fondo de mi corazón albergaba alguna esperanza. Es inevitable. Es nuestra Real. Pero ha superado todas mis expectativ­as. ¡Cuatro goles en el Bernabéu y clasificad­os! No merecéis que se dude de vosotros. Nunca. Os prometo que no volveré a hacerlo. Y tú, Isak, mereces mención aparte. Nuestro nuevo Txipiron. Me has ganado para la causa para siempre.

Los grandes le rebajan la importanci­a a la Copa del Rey hasta que ejerce de catalizado­r, generalmen­te peligroso, de cambios en los estados de ánimo. El Real Madrid más eficiente con Zidane, el único en los últimos seis años que había llegado a febrero vivo en todas las competicio­nes, perdió una pata del posible triplete y parte del aura que se había construído. La seriedad en Copa contra rivales-trampa (Unionistas y Zaragoza) se tornó en vuelta a la relajación defensiva contra un Primera de la zona noble liguera. Como mínimo, paradójico.

Un giro de 180 grados propulsado por una decisión inesperada de Zidane. Contra uno de los mejores abanicos ofensivos del fútbol español, el txuri-urdin (Odegaard, Isak, Oyarzabal, Merino...), rotaciones masivas en la retaguardi­a. De los cinco atrás, es decir el portero y la defensa, cuatro eran habituales suplentes (Areola, Nacho, Militao y el más que preocupant­e Marcelo). ¿El resultado? “Cuatro goles en contra... tenemos que analizar cosas”, fue lo único que se pudo ‘arrancar’ de los labios de Zidane en su presencia ante los medios. Hay una buena vara de medir para la deserción defensiva contra la Real. En todo 2020 y en tres competicio­nes diferentes (Liga, Copa y Supercopa), el Madrid sólo había recibido hasta ayer tres goles en total...

Por la mente de muchos pasó el desastre en Copa del curso 2017-18, a doble partido con la vuelta en Chamartín y tras un 0-1 en Butarque. Aquel día emergieron desde las profundida­des del banquillo Kiko Casilla, Nacho, Theo, Achraf, Kovacic, Marcos Llorente, Lucas Vázquez y Asensio. Y el Lega ganó 1-2. Un Pepinazo. “Un fracaso”, fue el análisis, sin paliativos, de Zizou. Su discurso ayer no fue ni tan remotament­e drástico, porque no percibe las mismas vías de agua que detectó entonces. Aquella noche de enero de

Agujero Encajó más goles que en los ocho partidos anteriores de 2020 juntos

2018, se empezó a dibujar en la cabeza del marsellés la idea de apartarse del Madrid porque su discurso (“La metología de trabajo”, como dijo en su adiós) no calaba. Fue el principio del fin y ni la Decimoterc­era de Kiev, o quizá lo que vivió allí con Cristiano y Bale, le hicieron cambiar de opinión. La Copa como catalizado­r de una situación que acabó en crisis.

Tranquilo. Ahora no sucede lo mismo, ni por asomo. Aquel bofetón del Leganés enrojeció una mejilla, pero la otra ya estaba muy magullada por la Liga, donde el Madrid penaba a 19 puntos del Barcelona. Ahora el objetivo liguero (primordial para Zizou) no está perdido y el Madrid tiene un calendario más benévolo que sus rivales. La Copa es el único título que se le resiste a Zidane, pero no mira atrás para no compromete­r el futuro. “Ya pasó”, insistió ayer. Pragmatism­o ante todo.

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Ramos tuvo la última ocasión del partido para lograr la remontada pero su cabezazo lo paró Remiro.
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