El cambio en las reglas hizo que el partido ganase en emoción
en el que el equipo de LeBron, que empezó nueve puntos por detrás, se puso a defender y a remontar para meter el partido en sensaciones de batalla real: Embiid desafiante en las zonas, Kawhi (elegido MVP: 30 puntos) y Davis exprimiéndose en defensa, LeBron al mando de las operaciones en un cara a cara sin sonrisas con Antetokounmpo...
Al final, objetivo cumplido, se llegó con el público en pie, un ambiente saludablemente tenso y un marcador muy igualado (157-155) y cerrado con un tiro libre de Anthony Davis, natural de Chicago. LeBron rozó el MVP (23 puntos, 6 asistencias) y aleja más su récord de anotación (ahora 385) en los All Star. El decimosexto para él, ya a solo tres de Kareem Abdul-Jabbar, y el primero para Luka Doncic, que en diez días cumplirá 21 años y que debutó, y como titular, con un mate, dos triples seguidos en el tercer cuarto y algo menos de 18 minutos en pista (8 puntos,
4 asistencias).
El Team Giannis jugó, todos sus integrantes, con el número 24 de Kobe, y el Team LeBron con el 2 de Gigi, su hija fallecida con él en el trágico accidente del 26 de enero. La NBA convirtió todo el partido en un homenaje sentido y muy bien gestionado; elegante, emotivo y sin artificios fuera de lugar. De las palabras iniciales de Magic Johnson a, grandes nombres de Chicago, el inolvidable homenaje musical de Jennifer Hudson, unos minutos a flor de piel, y los guiños en la presentación a ritmo de hip hop de Common, que recorrió la mística de la ciudad ante un público entregado y que se fue con muy buen sabor de boca. La NBA deja la gélida Chicago con nota muy alta y la certeza de que puede haber dado por fin con la tecla para revitalizar el All Star Game, una cita que ya vuelve la vista a Indianápolis, su parada de 2021.
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