Cabrera: “El Atleti lleva dentro ser competitivo”
El central llegó a España en 2009 y jugó en el conjunto rojiblanco, pero recuerda su paso “sin pena ni gloria”
Legó en 2009, con apenas 18 años y con la maleta vacía, como él mismo reconoce. “No era consciente de la dimensión del fútbol europeo”, recuerda Leandro Cabrera. “Pasé sin pena ni gloria”, resume. Fijándose en su ídolo Martín Cáceres, Cabrera apenas participó en cuatro partidos de Liga, todos al final, cuando los focos en el club rojiblanco se centraban en la consecución de la Europa League: “A partir de ahí empezó la dinámica ganadora del Atlético”.
Han pasado ya 11 años de aquel capítulo y Cabrera se ha convertido en el líder de la defensa del Espanyol en apenas un mes. Lo lleva en la sangre, más aún después de haber crecido bajo la tutela de José Bordalás en un Getafe que sigue alcanzado cotas inabarcables: “Lo más importantes en el fútbol es ganar, luego que vengan con poesías. El Getafe lo hace.
Me siento feliz por amigos y ex compañeros. Todo lo que digan los demás es envidia”, afirma. De hecho, Cabrera pudo estar en el césped del Johan Cruyff Arena el jueves y no en el RCDE Stadium. Pudo sonreír y no llorar la eliminación.
El viernes 17 de enero, a las puertas de un Leganés-Getafe, el Espanyol depositó la cláusula del central en la sede de LaLiga, pero el uruguayo no firmó el contrato hasta una vez finalizó el encuentro. Incluso se despidió marcando un tanto.
Cambió un equipo Champions por el colista. Un contrato que no alcanzaba el millón de euros por otro de cuatro años a razón de casi dos millones por temporada.
“Este Atlético lleva muchos años en lo más alto de LaLiga y Europa porque tiene una forma de vivir los partidos y de competir que lo llevan dentro. Incluso teniendo partidos malos, ganan. Hay que ir para adelante y obligarlos. Nadie es invencible”, declaró el central, quien no firma “ni un empate de aquí al final” y que considera que el equipo “tiene lagunas que debemos solucionar”.
A Cabrera lo define la competitividad, esa capacidad para “desconfiar siempre de los rivales”, algo que quiere inculcar a un Espanyol que es el equipo más goleado del campeonato. Para salvarse hace falta “ser fuertes en casa con la ayuda de la gente”. Y esa química debe proseguir mañana ante el club que le acogió de joven.