Animal Crossing es un profundo simulador social
Nueva entrega de una de las grandes sagas de Nintendo
Tras una apariencia casi infantil Animal Crossing: New Horizons esconde un potente simulador social y económico que va a obligar al jugador a vivir pegado a su Nintendo Switch día tras día.
A diferencia de otras entregas aquí la aventura comienza en una isla y en una tienda de campaña. No hay un objetivo fijo como tal si no que es el propio jugador con sus decisiones quien establece el rumbo y el alcance de la partida.
Inicios tutelados. En Animal Crossing hay cientos de actividades para realizar, pero es cierto que durante las primeras semanas el propio juego va ir proponiendo a diario una serie de retos que tienen una doble meta, por un lado familiarizar al jugador con las mecánicas
■ Precio: 59,99¤
■ NSW de la partida y, por otro, dotarle de un determinado tipo de monedas que le van a dar acceso a materiales y objetos de más calidad.
El juego transcurre en tiempo real con sus ciclos de día y noche, incluso con estaciones. Aunque el jugador no entre en su mundo este seguirá vivo y sus habitantes irán evolucionando e interactuando con el entorno. El mundo de AC tiene su ritmo y es importante no acelerarse y disfrutar de cada experiencia que ofrece.
New Horizons es un proyecto muy ambicioso con un montón de secretos por descubrir. El nuevo sistema de crafteo impulsa hasta el infinito las posibilidades de crear y personalizar objetos. Pero el usuario también puede modificar su entorno alterando significativamente el ecosistema natural.
Una belleza. Visualmente es una delicia, como casi todos los trabajos de Nintendo en Switch el acabado es impecable. Personajes, objetos, escenarios están realizados con un alto nivel de detalle.