Liga y sindicato negocian para evitar un conflicto laboral
Por el convenio colectivo, el salario de los jugadores depende de esos ingresos, en un reparto que ronda el 50% con las franquicias, que ahora se pueden ver con el agua al cuello. Ese mismo convenio incluye una cláusula de fuerza mayor que ha pasado de oscura letra pequeña a caballo de batalla, ya que articula normas para el caso de suspensión de la temporada por razones que van de la catástrofe natural al terrorismo... o la pandemia. Según esta regla, los jugadores perderían casi un 1% de su salario por cada partido suspendido. Aplicarla por las bravas generaría, claro, un conflicto laboral que la NBA no se quiere plantear por ahora.
Ofrecimiento. Así que se negocia. La Liga y el sindicato de jugadores (NBPA) estudian fórmulas para llegar a un acuerdo, tal vez antes de ese 15 de abril en el que toca cheque. La NBA plantea apartar un 25% del salario de los jugadores para crear un depósito de seguridad por si llega la cancelación. Los jugadores, si hay acuerdo, cobrarían con normalidad por ahora y devolverían después el dinero proporcional, en principio usando ese fondo, en caso de final definitivo de la temporada. Si no hay apretón de manos, la NBA podrá en el futuro reclamar a los jugadores las cantidades establecidas por esa citada fuerza mayor.
Para el 90% de los 434 jugadores con contrato, la situación salarial es un asunto delicado. Como sus pagos se distribuyen en los doce meses del año, todavía no han percibido ni la mitad de su sueldo. Les quedan otros 14 cheques. Hay un grupo en mejor situación, un 10% que en gran parte está vinculado a Klutch Sports, la agencia de Rich Paul, mano derecha de LeBron James. El propio 23 de los Lakers es uno de los afortunados que ya se han llevado el 90% de su sueldo, con contratos que se pagan en los primeros meses del año y a los que solo les quedan dos cheques, el del 15 de abril y un último el 1 de mayo.
Voluntad