Sevilla, en un domingo sin pasos ni balón
Fútbol y Semana Santa han ido de la mano en la capital andaluza. Este año ni Betis, ni Sevilla, ni procesiones...
hizo algunos fichajes y cuentan que Fabao, central brasileño que fue del Betis, le indignó un día una barbaridad al señalarle un paso con la insolente pregunta “¿eso pesa mucho, no?”. Menos mal que no pasaba el Gran Poder, depositario de tantas creencias (y dineros) loperistas; de haber sido él, Fabao, al que costaba encontrarle la pierna buena, hubiera vuelto a Brasil mucho antes.
Futbolistas extranjeros y sevillanos han admirado las capillas, pero sólo eso: tienen prohibido desfilar como nazarenos y mucho menos aguantar los más de 50 kilos que esperan bajo una trabajadera. El exsevillista Ivan Rakitic, rey de Pino Montano, posó hace no mucho con el costal (típica protección del cuello) mientras auguraba que alguna vez llevará en volandas a María Santísima del
Amor. La pasión por Cristos y Vírgenes no entiende de colores. El verdiblanco Rafael Gordillo es devoto del Cautivo de San Pablo, al que el exdelantero sevillista Antoñito donó en 2005 el Canasto de Cristo. El Gordo también reza a los Gitanos, a donde arrastró hace lustros a su hermano Butragueño. La Macarena convive con casi todos: los blanquirrojos Javi Varas y el exdelegado y ahora estrella mediática Cristóbal Soria, o los exbéticos Loreto y Julio.
Entrenadores y dirigentes sí que pueden procesionar o incluso cargar con las imágenes: Manolo Jiménez viajaba siempre para sostener los pasos de su Cofradía del Arahal y no lamentará este año andar dirigiendo en Oriente Medio. “Si mi mujer me dejara, sería de todas las Hermandades”, llegó a confesar el técnico. Monchi es hermano de San Bernardo desde hace tres décadas y en 2007, cumpliendo promesa por ganar la UEFA, el expresidente del Sevilla José María Del Nido puso bajo su cabeza al Cristo de las Penas. Su costal llevaba impreso el logo del centenario nervionense. Durante estos días ya no se podrá devolver ni pedir ningún otro favor a alguna virgen: ni que vuelva el fútbol, siquiera.
Del Nido Se puso bajo el Cristo de las Penas tras ganar la UEFA de 2006