● Se cumplen cinco años de la novena Copa de Europa lograda por el Real Madrid ● “Hubiera considerado un fracaso perder la Final Four de 2015”, dice el MVP Nocioni
en su momento me odiaron. Con el tiempo conocieron a la persona, al Chapu, y esta no tiene nada que ver con el jugador competitivo de la cancha.
—¿Quién le ayudó en ese proceso de integración?
—El Chacho me conocía bien de Sacramento, él fue el que me echó la mano que necesitaba dentro del vestuario. También Laso y Chus Mateo me ayudaron a que las dudas de Felipe, Rudy, incluso de Llull, se disiparan. Terminé con una gran relación con todos.
—¿Hubo momentos de tensión competitiva interna?
—Recuerdo un entrenamiento bastante friccionado, duro, con quejas y en el que yo también me estaba enojando… Laso, inteligentemente, dejó seguir y esperó a ver hasta dónde llegaba la situación. Acertó de pleno. Aquel resultó un grandísimo entrenamiento y cuando finalizó le pregunté si podía decir algo: ‘Muchachos, si queremos ganar y queremos jugar mejor, vamos a tener que entrenarnos de esta forma porque debemos elevar nuestro nivel de competencia’. Creo que ayudó, crecimos como equipo.
—¿Hubiera sido un fracaso perder la Final Four de 2015?
—Sí. Lo único que tenía en la cabeza era ganar la Euroliga, aunque nunca había jugado la Final Four. Si la hubiera perdido, me lo hubiera tomado como un fracaso pese a ganar la Supercopa, la Copa y la Liga.
—¿Sus sensaciones serían ahora distintas?
—Lo primero es que el Madrid no me hubiera despedido de la manera en la que lo hizo (en el palco de honor del Bernabéu).
Lo segundo, me hubiera quedado una cuenta pendiente cuando más preparado estaba física y mentalmente.
—Retrocedamos a mayo de 2015. Mucha presión previa y salida en tromba en semifinales ante el Fenerbahçe con su defensa a Bjelica como factor clave. ¿Cómo lo vivió? —Recuerdo estar muy concentrado toda la semana. La defensa a Bjelica, el MVP de la temporada, era lo que el equipo necesitaba. Lo conocía del Baskonia e intenté incomodarlo. Nada personal, solo competir para entorpecer su gran talento. La presión existía (20 años sin título), pero la oportunidad era muy buena. Pensaba en ser ese clic que cambiara un poco la mentalidad y la energía respecto a las finales anteriores perdidas.
—Una gran final ante el Olympiacos (78-59) y… el baño en La Cibeles, que ya ha
Decisivo “Recibí el MVP por la regularidad, pero el momento de Carroll...”
prescrito.
—El baño en La Cibeles no fue tan extremo, por favor, que no quiero tener problemas (se ríe). Tocamos un poco el agua y nada del monumento en sí. Alguno debe pensar que me pasé toda la noche nadando en la fuente. Ante el Olympiacos entré con la misma actitud que dos días antes y en la segunda parte apareció un Carroll estratosférico. Recibí el MVP por la regularidad, aunque el momento de Carroll en la final fue tremendo, 11 puntos casi consecutivos. A falta de cuatro minutos me siento con la gente gritando “MVP, MVP…”. Un placer sentirlo, vivirlo y escucharlo. Estoy muy agradecido a todas las aficiones que gritaron mi nombre.