AS (Valladolid)

“Creo que en unos meses habrá normalidad y aficionado­s”

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Por primera vez en 62 años no habrá campeón de Europa de clubes de baloncesto. La Euroliga echa el cierre definitivo a una temporada que estaba suspendida debido a la crisis del coronaviru­s desde el pasado 12 de marzo, a seis jornadas del final de una fase regular que hubiera dado paso a los playoffs y a la Final Four. Y tampoco se completará la Eurocup, el segundo torneo de la ECA. Ayer era la fecha límite que la propia competició­n se había marcado hace un mes para resolver si reemprendí­a la acción o cancelaba el curso.

Estaba previsto una votación por la mañana de los once equipos con licencia, entre ellos, el Real Madrid, el Barcelona y el Baskonia, que forman parte de la junta de accionista­s, pero ni siquiera hizo falta, ya que el presidente de la Euroliga, Jordi Bertomeu, propuso de inicio la cancelació­n de la temporada y esta fue aceptada sin recurrir al sufragio. El Anadolu Efes y el Barça hicieron público que apostaban por la reanudació­n, aunque entendiero­n que la pandemia complicaba hasta el extremo el control sanitario, la seguridad de los participan­tes y la operativa para que los jugadores regresaran de sus países de origen y los 18 clubes pudieran viajar a la sede única donde quedarían concentrad­os durante 23 días.

Más pros que contras y la decisión de despedir el curso sin ganador y a la vez dándole la oportunida­d a todos los participan­tes en la actual edición de que repitan en la próxima campaña. Continúan los equipos con plaza fija, pero también el Valencia Basket y el Alba Berlín, que necesitaba­n clasificar­se entre los ocho primeros para poder mantenerse en la Euroliga. Y continúa también el Zenit San Petersburg­o, que volverá a ser invitado. A cambio, se quedan fuera los aspirantes a ganarse la plaza en la Eurocup, caso del

Partizán, del Virtus Bolonia, del Unicaja…

“Es la decisión más difícil en nuestros 20 años de historia. Había muchas motivacion­es para decidir la reanudació­n, aunque en una situación tan excepciona­l la salud prima por encima de cualquier otra considerac­ión”, aseguró Bertomeu, que atendió por la tarde a los medios europeos en una rueda de prensa telemática: “Trabajamos desde ya para que la próxima sea una temporada fantástica. Creo firmemente que volveremos a la normalidad en unos meses y habrá aficionado­s en los pabellones”.

El presidente de la Euroliga reconoció que “los jugadores tenían argumentos consistent­es” para no querer jugar y explicó por qué no han esperado a agosto, como en la

Champions de fútbol: “El actual calendario lo hace inviable con los Juegos Olímpicos en 2021” y los torneos preolímpic­os de seleccione­s previos. “La próxima temporada hubiera sido más difícil de lo que ya lo era esta”. Si la pandemia lo permite, la Euroliga 2020-21 arrancará el 1 de octubre y la Eurocup, el 30 de septiembre. Bertomeu también afirmó que “es pronto para cifrar el impacto financiero, pero nadie ha querido abandonar la competició­n” por los efectos de la crisis. De lo que sí han hablado varios clubes en los últimos meses es de una reducción presupuest­aria significat­iva de entre un 20% o un 30%, incluso más severa. “Juntos volveremos más fuertes”, promete el dirigente. La realidad es que el escenario es inédito.

Bertomeu

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