“Fede entrenaba a todas horas enfrente de un muro...” Gonçalves
Néstor Gonçalves, hijo del mítico capitán de Peñarol ‘Tito’, fue la persona clave para que Valverde dejase atrás los pequeños equipos de fútbol baby y se incorporase a Peñarol. Fue su descubridor.
—¿Cómo descubre a Fede?
—Tengo una red de ojeadores y me recomendaron ir a ver a un chico que la estaba rompiendo. Él tenía ocho años y yo le miraba a los ojos fíjamente. Sus ojos me decían ‘dame más exigencia porque quiero más’. Siempre fue un chico que solventó cualquier tipo de problema. A más dificultad, mejor rendimiento da. Creo que en el Madrid lo hace igual.
—¿Fue difícil ficharle?
—En su equipo anterior le querían mucho y yo le demostré que lo mejor para él era fichar por Peñarol. Llegó allí con unos nueve años.
—¿Sabía que iba para estrella del fútbol de élite?
—¡Sí! Fuera del campo era muy callado, pero dentro deslumbraba. Lo primero que vi fueron impresiones, siempre es la intuición la que nos va dando esa respuesta de si llegará. En el caso de Valverde se le veían cosas distintas, pero después detectamos la gran evolución que presenta: su capacidad de absorber conceptos, una tremenda disposición para el entreno, actitud, una familia que le respalda... Es un proceso donde algunos se quedan y otros crecen.
—¿Qué me dice del muro de las Acacias?
—Valverde al principio no podía entrenarse con sus compañeros por un tema de papeleo. Entonces, lo que yo hago es tenerle enfrente de un muro haciendo ejercicios de control y pase. Entrenaba a todas horas enfrente de ese muro.
—Nunca se quejaba... ¿De verdad?
—Nunca le llamé la atención por un mal comportamiento porque es muy seguro de cabeza. Todo lo que se le pone enfrente percibe que tiene
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“Sus ojos con ocho años me decían ‘dame más exigencia” Disciplina
“Nunca le llamé la atención, es una persona muy segura de cabeza”
capacidad para resolverlo. La tranquilidad con la que entra en la cancha siempre fue igual.
—¿Cuál es el secreto de Valverde?
—Su mamá Doris. Ella siempre estaba la primera en los entrenamientos, porque ellos tenían un bus que llegaba muy pronto y otro que iba más justo. Llovía y estaba. Hacía frío y estaba, incluso querían venir hasta con fiebre. La educación de la familia es una parte importante. Vino de la familia que tenía que venir. Siempre los primeros... Tiene una mamá muy fuerte de cabeza, eso es lo que hace posible que el talento siga creciendo con firmeza.
—¿Tiene Fede algún límite?
—Ni mucho menos tiene techo. Es un pibe que en el Madrid demuestra tener una capacidad tremenda. Al principio le queríamos hacer marcar gol y esa no era su función. Poco a poco se fue adaptando hasta el jugador que es. Los futbolistas quedan marcados por los títulos. Espero que su futuro vaya de la mano de triunfos.
—Es feliz en el Madrid...
—Muchísimo. Siempre ha demostrado que tiene nivel para ser importante y tiene un compromiso impecable con todo el mundo. Supo aprovechar su oportunidad. Se lo merece.