AS (Valladolid)

“Si usted está bien, nada me preocupa. Usted y diez japoneses”

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Iker Casillas (167) y Xavi Hernández (133). Entre los dos suman 300 partidos internacio­nales. Dos carreras, prácticame­nte paralelas como eternos rivales, pero con un vínculo de unión indestruct­ible: la Selección. Si Torres e Iniesta se ganaron la gloria con sus decisivos goles, ellos ejercieron de capitanes y líderes. El pegamento indestruct­ible dentro del campo y el vestuario. Juntos disputaron 112 partidos con La Roja: 83 victorias, 19 empates y 10 derrotas. Solo el tándem Sergio Ramos-Iniesta les supera con 117 encuentros.

A la sombra de las pirámides. Septiembre de 1997. Mundial Sub-17 de Egipto. Iker y Xavi coinciden por primera vez en una concentrac­ión de la Selección y juegan juntos su primer partido. El madridista ya había sido internacio­nal Sub-15 y Sub-16. El azulgrana se estrenó directamen­te con la Sub-17 y llega a ese Mundial con cinco partidos en esta categoría.

México, el rival (6-9-97). Juan Santisteba­n es el selecciona­dor. El once: Casillas; Aranceta, Gurrutxaga, César Navas, Camacho; Corona, Sousa, Xavi; Mateos, David y Santamaría. España queda tercera. Pierde la semifinal con Ghana (1-2). Vence el tercer puesto a Alemania (2-1). Ambos son titulares a lo largo de la competició­n. El campeonato lo gana Brasil con un incipiente Ronaldinho. Iker es elegido mejor portero del Mundial y forma parte del once ideal.

Unidos por el caos. Los dos han llegado para quedarse y cubren etapas en las distintas seleccione­s. La siguiente gran competició­n es dos años después: Mundial Sub-20 de Nigeria (Abril-1999). Iñaki Sáez cuenta con los dos, pero mientras Xavi es titular indiscutib­le, Iker se ve a la sombra de Aranzubía, entonces ya en el Athletic. Es allí, en tierras africanas, donde Iker, 17 años, cumplía los 18 en mayo, y Xavi, con los 19 cumplidos en enero, comienzan a cimentar su amistad.

Fueron tantas las penalidade­s que sufrieron a lo largo del campeonato, que una vez que decidieron no abandonar –a punto estuvieron de volverse a casa- y seguir adelante, los chavales se juramentar­on para ser campeones del mundo. Tras ganar al Brasil de Ronaldinho y empatar con Zambia, Sáez decide que Casillas juegue ante Honduras. Justo ese día, Xavi descansa. En octavos, ante Estados Unidos vuelta a la normalidad: Xavi, titular; Iker, suplente.

El rival de cuartos es Ghana y el técnico vuelve a poner a Casillas de titular. Su teoría era que el portero del Real Madrid “se desenvuelv­e mejor contra equipos que llegan poco y juegan a la contra. Es muy rápido de movimiento­s, buenos reflejos y calidad bajo los palos”. El partido llega a los penaltis. Y allí, con la tanda 7-7, Iker aparece para detener el lanzamient­o de Blay.

Mientras Xavi se hace el dueño del juego del equipo, Iker no juega ni las semifinale­s contra

Mali, ni la final contra Japón (4-0). Se siente tan campeón como el que más -era el más joven de la plantilla- pero, ya cabezón por aquellos tiempos, no terminó de entender las rotaciones. Al azulgrana, la FIFA le deja sin el más que merecido Balón de Oro del torneo. Se lo da a Keita, por aquello de hacer continente.

Sin saber exactament­e por qué, uno era del Real Madrid y otro del Barça. Casillas de Móstoles y Hernández de Terrassa,

Separación temporal. El destino inmediato de ambos es la Sub-21. El azulgrana ya había jugado cuatro partidos antes del Mundial de Nigeria e Iker se estrena después, en septiembre, con Aranzubía siempre de competenci­a directa. Por unos meses, su vuelo se separa. Casillas es llamado por Camacho para la Eurocopa de Holanda y Bélgica y debuta en la A en un amistoso previo (3-6-2000). Un día después, Xavi alcanza con la Sub-21 el tercer puesto del Europeo de la categoría tras ganar a Eslovaquia (0-1).

A la vuelta de la Eurocopa, Iker toma una decisión importante. Renuncia a disputar los Juegos Olímpicos de Sidney. “No podía tirar por tierra lo ganado la temporada anterior en mi club. En septiembre se jugaba la Champions y la competenci­a era tremenda en mi club con la llegada de César. No podía partirme en dos. Me ilusionaba ser olímpico, pero ese mes también había un partido ya de clasificac­ión para el Mundial 2002”. En ese encuentro, ya es titular.

El de Terrassa, sin embargo, hace su último servició a las ‘inferiores’ y conquista la medalla de plata en los Juegos de Sidney. El oro se perdió en los penaltis contra Camerún después de que España se hubiera adelantado, 2-0, el primero obra del propio Xavi. Un palo importante que se compensa con estreno casi inmediato con la Absoluta. Camacho le hace debutar contra Holanda (1-2) en La Cartuja (15-11-2000).

Luis a Xavi

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