“Atleti y Valladolid juegan de una manera similar”
Pocos exfutbolistas tan comprometidos con la sociedad, Landáburu jugó en el Real Valladolid, Rayo, Barcelona y Atlético. Ahora preside una asociación para ayudar a los más desfavorecidos.
—Hoy se enfrentan su primer y último equipo…
—De los dos guardo muy buenos recuerdos, en ambos jugué seis temporadas. En el Real Valladolid empecé muy joven, con 17 años, en Segunda. Me vi metido en un vestuario de futbolistas profesionales, pero me acogieron fenomenal. Del Atlético también tengo buenos recuerdos. Había una plantilla maja, muy buen ambiente.
—La salida del Atlético no fue la deseada, quizás…
—No, la verdad. Fue lo único que empañó mi paso por el Atleti. Tuve un problema con el presidente, con Jesús Gil, y acabamos en el Juzgado de lo Social a cuenta del contrato. Me despidió y gané el pleito…
—Usted coincidió con Schuster, con Futre…
—Schuster era un jugador con unas facultades y una clase espectacular. Llegó muy joven al Barça, había sido la revelación de la Eurocopa y era un jugador muy elegante. Futre era de otro estilo, mucho más explosivo, más goleador, más delantero.
—¿Ha cambiado mucho el fútbol desde los 70-80?
—Muchísimo. Cuando yo empecé a jugar los equipos no tenían preparador físico. Ha cambiado a nivel físico, técnico, se juega con más desgaste. Disfruté un montón del mundial en México, el que ganó Brasil, pero ahora cuando veo esos partidos pienso que iban andando (Risas).
—¿Cuál es su mejor recuerdo como atlético?
—La final de Copa que le ganamos al Athletic, ese año quedamos subcampeones de Liga.
—¿Y como blanquivioleta?
—Tengo la espina de que no conseguí ascender en los seis años que estuve. Tengo un muy buen recuerdo de un gol que le marqué al Tenerife desde el centro del campo. Son de esas cosas que mis nietos me han oído y me oirán muchas veces.
—Volviendo al fútbol, ¿qué partido espera hoy en el Metropolitano?
—Es un partido con dos equipos que están jugando de una manera bastante similar. Con mucho orden, con mucha disciplina y olvidándose un poco del balón. Les importa poco que lo tenga el contrario siempre que tenga opciones de salir rápido y pillarlo al contragolpe. Va a ser un partido interesante.
—¿Los jugadores ahora se comprometen menos?
—No. Creo que los jugadores ahora, los deportistas, saben que son parte de un grupo y que no están solos en el mundo.
—Usted preside la Red Íncola desde octubre… ¿Cómo empezó a involucrarse?
—Me llamaba la atención que un grupo de gente joven se volcara en ayudar a los más necesitados. Empecé viniendo como voluntario en 2008 haciendo una cosa sencillita: preparar los termos de café para un grupo de voluntarios que salen para estar con la gente que vive en la calle, en cajeros, debajo de los puentes… Empecé a conocer esa realidad y ver de cerca esa realidad te anima a tratar de paliarla.
—¿Cuánto tiempo le dedica?
—Ahora estoy todo el tiempo volcado con esto. Me siento a gusto con los 15 trabajadores y más de 300 voluntarios.
—¿Qué hacen en Red Íncola? ¿A cuánta gente atienden?
—Ayudamos a las personas que lo necesitan, españoles o extranjeros. Tenemos desde un banco de alimentos, a un servicio de empleo, damos clases de español, hacemos traducciones. Calculamos que podemos atender a unas 2.000 personas. Ahora vamos a tener que atender a más gente como consecuencia del COVID-19.
—¿Hay racismo en España?
—Yo creo que sí. El racismo va más orientado hacia la pobreza que hacia el origen, hacia las razas. Es más clasista que racista. No hay problemas con el jeque que va a veranear a Marbella, pero sí con los árabes que viven en la calle.
Orgulloso “En Red Íncola apoyamos a unas 2.000 personas en Valladolid”