Griezmann no era “indiscutible”
Aunque Setién le dio esa condición días antes, lo sentó en el banquillo en el Sánchez Pizjuán
EI partido del Sánchez Pizjuán dejó un par de conclusiones sobre Griezmann, una encadenada con la otra. La primera es que, pese a que Setién había dicho que era “indiscutible”, pues no lo era. El Principito fue suplente en Nervión. La segunda es que se sobrentiende que Griezmann no está en esa lista de jugadores que, por estatus, iban a tener más minutos y gestionarían sus propios esfuerzos. Ahora que el sentido de su fichaje por el Barça volvía a estar encima de la mesa después de los partidos contra Mallorca y Leganés, la suplencia de Sevilla es un golpe doloroso para Griezmann. Los partidos grandes son para los jugadores grandes y sorprendió ver al campeón del mundo en el banquillo por más que Setién quisiera vigilar las subidas de Jesús Navas con Braithwaite.
Pero ver a un jugador de la jerarquía de Griezmann, que ha costado 120 millones de euros, en el banquillo en partidos así no puede sino considerarse como una noticia de impacto.
Y es el segundo que recibe el francés, al que dolió mucho aquella suplencia de Copa en San Mamés el 6 de febrero. Un estadio en el que siempre ha destacado desde sus años en la Real y donde Setién le negó la posibilidad de jugar como titular. Prefirió a Ansu y a Sergi Roberto como extremos.
La situación de Griezmann es compleja, como lo fue el escenario de su fichaje. Por el precio, 120 millones de euros, y por el famoso documental de La Decisión, que tan mal sentó en Barcelona. Pero el verdadero debate sobre Griezmann no era emocional sino futbolístico, su posición en el campo. Porque Griezmann era el Messi del Atlético y acomodarlo en el sistema del Barça no iba a resultar sencillo.
Griezmann apenas ha sido suplente tres veces en LaLiga y sus cifras se sostienen. Pero es evidente que falta algo de química, de pasión. Bartomeu quiere que el francés continúe en el Barça, aunque no está del todo satisfecho con el rendimiento que ha tenido este curso. De momento, no es ni indiscutible.
Su suplencia en Sevilla alimenta el debate sobre su complicado encaje en el equipo