De la salvación a la cola
El Levante seguirá en Primera Se hunde el Espanyol Pedrosa, con un autogol, metáfora de la desgracia perica
En el solsticio de verano, el día más largo del año, vio la luz el Levante, que con justicia sumó una victoria que le procura salvo debacle la permanencia, con 38 puntos. Y se le hizo de noche al Espanyol, que tras una reanudación de LaLiga prometedora volvió a las andadas, con una dolorosísima derrota con gol en propia meta incluido que le devuelve a la cola de la clasificación, al invierno, desechando una oportunidad de oro (acaso única ya) para asomar la cabeza.
Entre dos equipos idénticos, fue el Levante el que llevó el peso de inicio. Y anotó por insistencia. Salvaba Diego López una internada en solitario de Bardhi y en la continuación de la misma jugada se colaba Mayoral para establecer el 0-1 entre Víctor, David y Cabrera, que para más inri enseguida veía su quinta amarilla. El minuto ‘horribilis’ del Espanyol.
Pudieron los centrales remendar su error en el 28’, cuando sirvió Cabrera uno de sus saques de banda con la fuerza de un córner y David en el primer palo la cruzaba de cabeza para empatar. Otra vez el balón parado, aun sin Bernardo.
Y al borde del descanso llegó la jugada polémica. Marcaba de nuevo Mayoral, tras varios rebotes, y lo anulaba
● inmediatamente Del Cerro Grande por un fuera de juego de Melero, riguroso, por interpretar que al agacharse molesta a Diego López en la trayectoria del esférico.
Se desplomó por momentos el Levante y se agigantó el Espanyol, no necesariamente en este orden, en la reanudación,
●
Los granota llevaron el peso de inicio, funcionaron tras los cambios y asediaron a Diego López
pero en Aitor murieron todas las tímidas ocasiones de Calleri y, especialmente, de Embarba.
Pero el guardameta con más paradas no fue esta vez el granota, como lo lleva siendo toda LaLiga. Anotó el Levante el 1-2 en otra jugada en solitario del talentoso Bardhi, y acto seguido evitó Diego la goleada visitante, en remates de Clerc, Postigo y Hernani. Los cambios le funcionaron a Paco López, no así a Abelardo a la desesperada.
Lejos de hallar el empate, encontró un autogol de Pedrosa, metáfora de las desgracias que persiguen a los pericos este curso, entre las que se han fraguado y las que están por consumarse salvo milagro.