AS (Valladolid)

Cambia el líder,

El Madrid pasa al Barça tras un duelo tenso y polémico ● Gol mal anulado a Januzaj con 0-1

- LUIS NIETO

El Madrid cogió su tren, la Real sigue confinada y Piqué encontró materia de debate. Todo en una cita apasionant­e en Anoeta que dará que hablar. Fue la noche de Vinicius, la traca del Madrid, que provocó el penalti que lo rompió todo, y de Estrada y Munuera, que le limpiaron un gol a la Real con 0-1. Fue segundos antes de que Benzema marcara el segundo gol con un control de hombro también para la discusión, aunque este pareció legal. Bajo esta conmoción depende el Madrid de sí mismo en esta Liga a partir de ahora, con el convencimi­ento de haber salvado la cumbre más alta del torneo y con la inquietud de que sin Ramos está condenado al sufrimient­o.

Pasado el tiempo en que Bale fue un bestseller, Zidane no ha encontrado después el futbolista que abroche el tridente por la derecha. Por ahí pasaron Lucas Vázquez, de honradez intacta pero juego menguante; Vinicius, que en esa finca es pez fuera del agua; Rodrygo, académico pero poco travieso; Asensio, irregular primero y roto después; Valverde, con demasiado motor para un carril tan estrecho; Isco, que huye de la zona por su propensión a estar en contacto con el balón. Así que la plaza baila y hace bailar el dibujo, recogido ahora hacia un 4-4-2 menos arriesgado. Esta vez probó Zidane con el que faltaba, James, un galáctico venido a casi nada que no jugaba en Liga desde octubre, en la derrota con consecuenc­ias (las peores, para el colombiano) en Mallorca. Su último partido había sido el 6 de febrero, precisamen­te en el Waterloo copero ante la Real. Comenzó muy abierto a la derecha y nada pasó por allí. Ni un detalle que le quitase la razón a Zidane por esa exclusión kilométric­a. Está tieso física y anímicamen­te. Él y Bale son dos Rolls en el garaje.

También paró a Hazard y puso a Vinicius. No caben los dos en el mismo traje. El brasileño resultó invisible en su ratito ante el Eibar y entró con cascabeles en el partido frente al Valencia, pero en la prepandemi­a era el jugador más determinan­te del Madrid. Su fútbol invita a las exageracio­nes: grandes carencias y grandes virtudes. En el club se cree que romperá en genio. La afición no está tan segura. En Anoeta fue el más aventurero del grupo, el trampolín del Madrid.

La Real no dio un paso atrás. Se siente, con razón, de sangre azul en esta Liga, e Imanol apostó por un equipo a toda pastilla, con Portu e Isak, el aprendiz de Ibrahimovi­c, quizá por el efecto recuerdo. Los dos le habían dejado cicatrices al Madrid en el pasado.

El duelo entre dos equipos alfa tuvo un inicio alborotado. A los dos minutos Vinicius malogró una gran oportunida­d al meter la derecha cuando la jugada pedía la izquierda tras servicio de Valverde. No fue preludio de nada. La Real, que llevaba dos partidos de oyente, adelantó su zona de presión y paró pronto al Madrid con más organizaci­ón que ambición y el equipo de Zidane tampoco apretó como si la

 ??  ?? Carvajal, Varane, Militao, Benzema, Marcelo, Kroos y Vinicius celebran el segundo gol del Real Madrid, obra del delantero francés.
Carvajal, Varane, Militao, Benzema, Marcelo, Kroos y Vinicius celebran el segundo gol del Real Madrid, obra del delantero francés.
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