El 2-0 ante el Bayern, en el podio de goles en la Champions de Lionel
Fue mágico. Messi recibió de Ivan Rakitic, encaró a Jerome Boateng y pensó muy rápido. Además, ejecutó exactamente lo que había planeado. Conducción con la izquierda, salida hacia la pierna buena para disparar (ya venía de hacer el 1-0), recorte sobre el peor perfil del rival, que había ido a su lado bueno a tapar el tiro, y definición suave con la pierna derecha ante Neuer. Uno de los grandes goles de la historia de la Champions, el 2-0 del Barça al Bayern en la ida de la semifinal de la temporada 2014-15, dio la vuelta al mundo. Y el regate del argentino al alemán, en plena expansión de las redes sociales, se convirtió en viral. La imagen de Boateng tragado literalmente por el césped corrió como la pólvora la misma noche del partido.
Con un espíritu deportivo admirable, Boateng, carne de meme, habló con total naturalidad apenas pasado un mes de aquel episodio. “Esa caída no me afectó. Me reí de mí mismo también. Cuando caes o resbalas y alguien marca, es algo normal. Estas cosas pasan, me pasan a mí y a otros
Inolvidable
jugadores, no me preocupan estas cosas. Para mí, Messi es el mejor jugador del mundo. Esto es fútbol. Soy un defensa, esto no me mata ni nada”, explicó con total naturalidad Boateng.
No es tan habitual. Hay futbolistas que intentan desaparecer de la foto de goles históricos. Se sienten humillados cuando aparecen una y otra vez. No les gusta hablar sobre el asunto. Boateng, sin embargo, le dio naturalidad a una genialidad de un futbolista que, simplemente, estaba iluminado ese curso. Semanas después le marcó un gol histórico al
Athletic en la final de Copa después de burlar el marcaje de Balenziaga y algunos jugadores rojiblancos más. Sin duda, es uno de los mejores goles de Messi en la Champions. A la altura de los de las finales de Roma y Londres. A la altura de la noche de los cinco goles al
Leverkusen y los cuatro al Arsenal, de la picadita a
Lehman. Del increíble gol de falta al Liverpool la temporada pasada...