Sin Cristiano ha triplicado su aportación de goles al Madrid
Benzema rejuvenece. Si la pasada temporada el Madrid terminó de despedirse del influjo negativo del adiós de Cristiano ganando la Liga, una buena parte de ello se lo debe al gran estado físico de Karim, que aportó 27 goles con 32 años. “Está en mejor forma que cuando tenía 25”, dice un miembro del club con acceso al vestuario que le lleva observando desde que llegó. Benzema, como si fuera un Benjamin Button futbolístico, mejora con los años. Entrenamientos privados con un traje mágico, recuperación con ventosas, una nueva nutrición avant garde en la que incluye microalgas y el consumo de agua alcalina ionizada...
Hace cuatro años, Benzema no sólo daba impresión de ser un futbolista más pesado, es que lo era. Perdió cinco kilos con efecto en su juego desde 2017 y ahora incluso algo más. Está en el mejor peso de competición de su carrera. En sus primeros tiempos en Madrid tenía una cocinera pero decidió prescindir de ella porque se le indicó que ingería demasiadas grasas. Lo compensaba, en parte, al pasar la última semana de sus vacaciones en un centro especializado de Merano (Italia) para ponerse a punto. Pero el francés decidió dar un giro aún mayor a su carrera. Estirar sus mejores años todo lo posible.
Ventosas. El secreto de Benzema pivota sobre tres factores. Durante la temporada, realiza uno o dos entrenamientos semanales con un preparador físico y un traje de electroestimulación para mejorar el rendimiento. Lo complementa con la recuperación gracias al cupping, la ventosaterapia, una técnica de origen asiático que cogió vuelo en los Juegos de Río cuando Michael Phelps mostró su poderosa musculatura ‘marcada’ por unos extraños círculos. En el cupping estático, unas copas que
Presente
extraen el aire entre la piel y el cristal. A Benzema se le aplica en la espalda. Se utiliza para activar el qi, para movilizar la sangre que riega los músculos y liberar la tensión que oprime las terminaciones nerviosas. Karim se ha hecho devoto también de