AS (Valladolid)

“Dicen que yo le hacía mal a Messi...”

El uruguayo se despide con estilo pero reivindicá­ndose: “Me voy orgulloso de entrar en la historia de este club”

- JUAN JIMÉNEZ BARCELONA

Vestido con traje gris, y en presencia de su esposa, Sofía Balbi, sus tres hijos (Delfina, Benjamín y Lautaro), y los cuatro capitanes (Messi, Busquets, Piqué y Sergi Roberto), más Jordi Alba, Luis Suárez, 33 años, no tardó ni medio minuto en romper a llorar en su despedida como jugador del Barça, club que deja después de haberle dado 198 goles, tercer máximo realizador histórico, y 13 títulos. Suárez intentó empezar. “Es muy difícil para mí...”. Ahí, visiblemen­te emocionado por el momento, paró hasta que se rehízo: “No tengo nada preparado. Sólo tengo que agradecer al Barça que me fichase después de lo que había sucedido en el Mundial de 2014. Siguió confiando en mí porque no era fácil aceptar eso. El entrenador (Luis Enrique) y los compañeros me trataron de maravilla. Toda la gente sabe el esfuerzo que hice para cumplir un sueño. Siempre dije que este es el mejor club del mundo y soy consciente de que termina una etapa. Me llevo amigos, y me hace feliz despedirme de la gente del club para que vean que se va un jugador, pero también un ser humano que tiene sentimient­os...”. Suárez, que estuvo políticame­nte correcto pero que reivindicó en varias ocasiones que queda en la historia del club, mencionó pronto a Messi. “Mis hijos vieron que jugué con el mejor jugador de la historia”.

Ese es el centro del debate del adiós de Suárez. Su influencia en el vestuario, su ascendenci­a sobre el argentino, su supuesta toxicidad. Y no rehuyó el asunto. “Ha sido un mes de locos. Se han inventado cosas que no son verdad. A veces a uno le indigna eso, pero hay que intentar permanecer alejado. Cuando llegué al Barcelona, me dijeron: “cuidado con Leo, con él los delanteros (por su relación con Villa o Ibrahimovc)...” Luego se demostró la relación que tuvimos. Y resulta que ahora es que el delantero (por él) el que le hacía mal a Messi...”.

Suárez explicó el proceso del adiós: “Cuando me lo comunicó el entrenador, ya me lo esperaba porque ya se había dicho antes en los medios. Lo acepté, pero tenía contrato y le dije al técnico que iba a seguir entrenando hasta que encontrase una solución. Él lo aceptó”. Ahí apareció el Atlético: “Diciendo que no me quería, el Barça me puso en el mercado. Hubo muchas llamadas. Yo me sentía capacitado para luchar con dos equipos como el Madrid y el Barça en el Atlético. Hablé con Godín y con Griezmann. Sé que voy a un equipo competitiv­o”.

Suárez eligió el gol en la final de Berlín de 2015, la Champions y la primera Liga como sus mejores momentos en el Barça. Pero, sobre todo, se felicitó por jugar con futbolista­s “con los que sólo podía compartir equipo en la Play Station”. En la rueda de prensa de despedida, telemática y por tanto fría, Suárez sólo se sintió atacado cuando se le preguntó qué se reprochaba. Entonces sonrió, miró a su derecha, donde había estado Bartomeu, y dijo: “¿A mí o a...? Puedo hacer mucha autocrític­a. Lo de la Champions nos pasó una vez, dos, tres, cuatro (por Turín, Roma, Liverpool y Lisboa). Pero yo no me puedo reprochar nada. Todos saben que he jugado con molestias, con lesiones. Yo me voy orgulloso de entrar en la historia del club e irme de la forma que me voy”.

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