Isi Palazón

Isi marcó el primer gol del Rayo de Iraola y, poco a poco, está destapando su mejor versión. Aquella que le convirtió en un ídolo en la Ponferradina. Ahora sus caminos vuelven a cruzarse.

—Mañana regresa a El Toralín.

—Será emocionante por tantos recuerdos... El más especial, el ascenso a Segunda. Veníamos con un resultado muy favorable (1-3) y ganamos al Hércules con el estadio repleto. Ese día fue inolvidable y la celebración se prolongó casi hasta la pretemporada siguiente (risas).

—Se reencontrará con Bolo…

—Es el técnico que ha marcado un antes y un después en mi carrera. Confió en mí en Segunda B y en el fútbol profesional. Tengo muy buen recuerdo suyo. Es verdad que es un poco vinagre

(risas). Le gusta dejar libertad al jugador, pero sabiendo dónde están los límites.

—¿Cuál es la importancia de Bolo en la Ponferradina?

—Es fundamental. Es muy buen entrenador, pero como persona es aún mejor. Está cerca de los aficionados, se muestra como es… Por eso es tan querido.

—¿Recuerda su conversación diciéndole que se iba al Rayo?

—Fue el primero en enterarse. Nunca puso ningún impedimento. Le gusta que sus futbolistas crezcan y el Rayo era algo que no podía dejar escapar.

—La afición sintió su marcha.

—Allí hice amigos. Terminábamos de entrenar y quedábamos todos, nos juntábamos con aficionados. Se crea un vínculo entre la afición, el técnico, los jugadores, el del bar, el del súper… Vayas donde vayas la gente te conoce y te apoya.

—¿El gran peligro es Yuri? —Yuri es de otra categoría. También debemos tener cuidado con Sielva, Larrea, Caro, Ríos… Juntos se hacen fuertes. A la Ponfe hay que tenerla muy en cuenta porque, además, se ha reforzado muy bien.

—¿Es Yuri de los cinco mejores delanteros de Segunda? compañeros a los que veía en la televisión.

—Choca un poco. Hace años veía a Mario Suárez como campeón de la Europa League y ahora soy su compañero. Mi hermana pequeña también me lo decía. La gente ve a los futbolistas como si fueran de otra galaxia y son personas normales.

—¿Su hermana, la futbolista?

—Mis dos hermanas, Julia (la mayor) y María (la pequeña) jugaron. La mayor llegó un poco más lejos, a la selección de la Región de Murcia, hasta que los estudios le impidieron seguir. En mi casa, menos mi madre, somos todos futboleros.

—¿Cómo está el vestuario con el actual liderato de Segunda?

—Es importante empezar con esta dinámica, pero esto es largo. No hay que levantar el pie del acelerador. Somos conscientes de la ilusión creada.

—Con el barrio pasándolo mal, ascender sería un bonito final.

—Lo firmo ahora mismo. El optimismo es grande, pero sabemos que habrá baches.

—Hábleme de Fran García. Ya le ha dado una asistencia...

—Lo conocía de Segunda B, nos enfrentamos con el Castilla y la Ponfe. Sabía que nos vendría bien. Es muy completo y una persona increíble: trabajador, buen compañero… Eso importa mucho también.

—Y así no le tienen que poner de lateral izquierdo…

—En la 2019-20, Bolo me puso ahí en el Carranza y ante el Zaragoza en casa. No me disgusta. Si tengo que jugar atrás, jugaré. Mientras lo haga, como si es de portero (risas)...