Final a la vista
Los Lakers regresarán a la lucha por el anillo si derrotan esta noche a Denver Nuggets
La broma corría por las redes en cuanto acabó el cuarto partido de la final de la Conferencia Oeste (108-114 para los angelinos): los Nuggets tienen a los Lakers justo donde querían. Tras remontar un 3-1 en contra a Utah Jazz y Los Angeles Clippers, los de las Rocosas vuelven a verse con ese ya familiar 3-1 adverso. Pero las bromas solo son eso, bromas. Los Nuggets pelearon como demonios y pudieron ganar, pero perdieron y solo les queda encomendarse a la madre de todas las hazañas. Y los Lakers, que mandaron siempre pero nunca estuvieron a salvo en el enfrentamiento, se quitaron un enorme peso de encima. Y están a una victoria de volver a la final de la NBA. Tienen tres intentos. El primero, esta noche (03:00, hora española).
Los Nuggets necesitan un tercer milagro, el mayor de todos. No están siendo mucho peores que los de púrpura y oro… pero pierden 3-1. Llevan 18 partidos en estas eliminatorias por el título, jugando casi siempre cada dos días, y el de hoy será el séptimo encuentro que disputan sabiendo que si pierden se vuelven a casa, a Colorado. En cualquier momento pueden hacer crac, pero hasta entonces conviene que los Lakers mantengan la guardia alta. El equipo de Michael Malone se maneja a la perfección en formato zombie: cuando debería estar en la tumba, sigue avanzando sin desfallecer.
En el cuarto encuentro, los Lakers corrigieron sus errores del tercero (apenas sumaron pérdidas, controlaron el rebote…) y mandaron siempre. Pero cada vez que miraban por el retrovisor, los Nuggets estaban ahí, esta vez con un Nikola Jokic desdibujado y gracias a las genialidades del base
Héroe Anthony Davis estuvo enorme con 32 puntos, 10 en el último cuarto
canadiense Jamal Murray (32 puntos, 8 asistencias), una estrella en ascenso del que se ocupó personalmente LeBron James en el último periodo. Cansado y con el tiro extraviado, LeBron fue determinante en defensa y acabó, granito a granito, con 26 tantos, 9 rebotes y 8 pases de canasta.
Historia. A los Lakers le arreglaron la papeleta los proscritos de la vieja guardia (Dwight Howard en el primer tiempo, Rajon Rondo en el segundo) y un enorme Anthony Davis que respondió a su mal tercer partido con 32 puntos, 10 en un último cuarto jugado a máxima presión (102-105 a 3:28 del final) y en el que los angelinos apretaron los dientes en defensa y cogieron tres rebotes de ataque cruciales en los momentos decisivos.
Los Nuggets están perdiendo de vista su primera final de la NBA. Sería, si se consuma, su tercera derrota en tres finales de Conferencia jugadas, las tres contra unos angelinos que, superado este trance, tienen que acabar el trabajo con el aviso de lo que les pasó a Utah Jazz y Los Angeles Clippers desde una situación idéntica y contra el mismo e inagotable rival. Si no fallan, estarán en su final número 32, la primera en una década (la última fue con Kobe Bryant, Pau Gasol y Phil Jackson) y después de ni jugar los playoffs la temporada pasada. Sería algo estruendoso, pero queda dar un paso, el último. Veremos si es hoy.