AS (Valladolid)

“Estoy aquí para luchar y con el reto de aspirar a lo máximo”

- N. ALBARRÁN /

Rafa Nadal se presentó en su primera rueda de prensa virtual en Roland Garros, donde debutará el lunes ante el bielorruso Gerasimov, un tanto apesadumbr­ado por las condicione­s en las que parece que se va a disputar este año el torneo, que pasó de la primavera al otoño por culpa de la pandemia del coronaviru­s. Frío, viento y lluvia acompañan a los tenistas durante los últimos días para disgusto del vigente campeón y ganador 12 veces en París, que sin embargo está “satisfecho” con sus dos primeros entrenamie­ntos. Sus recelos y críticas se centran en el clima y en las nuevas bolas de la marca Wilson que considera “superpesad­as”.

“A nueve grados, para jugar un torneo outdoor es una situación límite, con lluvia, frío, viento... Las bolas son muy diferentes de las de años anteriores. En Mallorca con calor ya eran lentas y pesadas, pero aquí con el frío son como una piedra”, sentenció Nadal, que le dio un severo tirón de orejas a la organizaci­ón del torneo, responsabi­lidad que recae en la Federación Francesa de Tenis (FFT): “Tienen que revisar esto, porque las bolas pueden ser peligrosas para los codos y los hombros. Deben tomar nota por la salud de los jugadores”. Por estas razones, el balear cree que este es el torneo con “las condicione­s más difíciles” de toda su carrera. No obstante, el cabeza de serie número dos quiere ser “positivo”: “Las bolas son muy pesadas, hace mucho frío, vengo con menos preparació­n de lo habitual, pero aquí estoy para luchar. Compito el lunes, así que ya veremos. No estaría aquí si no fuera para intentar asumir el reto de aspirar a lo máximo”.

Se habló estos días sobre la posibilida­d de que a Nadal le incomodará tener que renunciar a sus rutinas fuera de la pista, no poder dormir en su hotel de siempre, no salir a cenar en París... por las restriccio­nes sanitarias. De hecho, el torneo ha tenido que reducir de nuevo el número de espectador­es que podrán entrar cada día al recinto, que pasa de 5.000 a 1.000. “Que esté en otro hotel no afecta a que gane o pierda un punto. Que no podemos salir a cenar, pues bueno, aunque sea un espacio que nos aparte de la rutina del tenis, no lo tenemos este año, pues nos adaptamos. Lo que echaremos de menos en unas condicione­s de juego adecuadas para jugar en tierra, y un clima de gente, fiesta y público, del que esperemos volver a disfrutar pronto”.

yAyer, Rafa se entrenó por segunda vez en la Philippe Chatrier y lo hizo a cubierto, pero está “satisfecho” con sus sensacione­s. “Estoy contento con los dos primeros entrenamie­ntos”, dice, y advierte que con respecto a las pelotas “uno no puede hacer grandes cambios, sino jugar con lo que hay, no remar a contracorr­iente”. “No puede haber cambios drásticos en mi patrón de juego. No puedo decir que me encanta la bola si no es así, pero vamos a jugar con ella. Para algunos es más favorable que para otros. Tendrá más opciones en el que mejor se adapte, quedan días y confiamos en que el clima mejore. Entre lluvias y viento está un poco extremo”.

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