¡Penalti claro!
De nuevo el Betis puso en muchos apuros al Madrid, pero los aciertos del VAR y la frialdad de Ramos en la ejecución del penalti dibujaron un triunfo muy valioso para el actual campeón de Liga.
Olé por el VAR. Ya que el partido se jugó en Sevilla, permítanme la licencia de felicitar así al videoarbitraje de este Betis-Madrid. Es difícil estar más acertado pese a que las tres jugadas en discusión ofrecían antes del VAR muchos criterios para calificarlas. Pero cuando las imágenes se pusieron en la pequeña pantalla se agigantó la dimensión de los tres aciertos. Primero, el autogol de Emerson
no admitía discusión dado que se adelanta a Benzema, que está en línea. Además y como dijo Iturralde en el Carrusel,
el francés no interfiere en el despeje. Segunda polémica. De nuevo Emerson, el lateral cedido por el Barça. Su falta sobre Jovic fue de libro cuando el serbio iba a rematar a gol. Roja directa. Y, gracias al VAR, se anuló el fuera de juego señalado a Jovic, que estaba casi medio metro en posición legal. Muy bien de nuevo la maquinita y González González (siempre me cayó muy bien la gente de Ponferrada).
Tercera y última acción discutida. La más importante porque dio pie al 2-3 definitivo. Borja Mayoral (por fin mi nueve favorito tras Karim tuvo minutos) le ganó la partida a Bartra y, cuando se disponía a fusilar a Joel, el central tarraconense tiró de oficio y sacó con picardía su brazo izquierdo para rebañarle la pelota. Una especie de zamorana bajera que evitó que Mayoral rematase. Una acción de pillo que no estaba al alcance del ojo del árbitro de campo. Pero para eso se creó el VAR, para avisar de estos truquillos de futbolista. Conclusión: el VAR tuvo una noche lúcida aunque entiendo que para un hincha bético debió ser frustrante que por esa vía se le escapasen los tres puntos. Pero no matemos a este discutido invento el día que acierta. El Madrid ganó al final porque tuvo mucha más ambición y pegada en la segunda parte. Y punto.
Fekir Joaquín Carvalho Guido
Canales,
El descabello del capitán.
Sergio tuvo el 0-2 nada más marcar el ‘Pajarito’ Valverde, pero el sevillano se dejó para el final su famoso Momento Ramos. El penalti de Bartra lo ejecutó el barbudo de Camas a lo
Panenka, con la plasticidad que le caracteriza. Ya lleva 24 penaltis seguidos metidos sin fallo. En las escuelas de fútbol deben poner sus vídeos cuando se hable de esta suerte del fútbol. Con Ramos los penaltis siempre serán un ‘máximo castigo’ para los rivales. Son imparables.
Un respiro. En el descanso el aficionado del Madrid empezaba a rumiar su frustración y algunos derrotistas ya hablaban de año perdido y de temporada en blanco. Ni tanto ni tan calvo. Zidane sabe lo que se hace y, aunque discrepemos de alguna de sus decisiones, conoce a estos jugadores como si fueran sus propios hijos. De momento, dos salidas complicadas, cuatro puntos y un respiro para todos. Este Madrid jamás se rinde.