Nefasto Sevilla
penalti por mano que no se concedió.
De este modo, la primera parte fue transcurriendo con los intentos del Sevilla de asomarse al área rival con escaso éxito. El Chelsea, mientras, encontraba autopistas cada vez que decidía salir a la contra, que por suerte para los de Lopetegui no fueron demasiadas veces. La rotación extrema había fracasado, sobre todo en el centro del campo, y sólo la calma con la que los de Lampard se tomaron el partido y alguna buena intervención de Alfonso evitaron que la ventaja fuera mayor en el marcador al descanso.
Repetición. Apuntaba a cambiar el guion en la segunda mitad tras dos chispazos de Navas en ataque pero fue un espejismo. Si en el primer acto tardó ocho minutos Giroud en hacer sangre con la débil defensa sevillista, en esta ocasión tardó un minuto más para quitarse de encima a Sergi Gómez y definir con una suave vaselina ante la salida de Alfonso. Si había pocas señales que invitaran al optimismo, la cuesta arriba se empinó aún más.
Lopetegui buscó soluciones en el banquillo, pero éstas iban más encaminadas a seguir gestionando los descansos de los jugadores más usados que para buscar la remontada. El Chelsea, y más concretamente Giroud, tenían ganas de más y el delantero francés se dio el gusto de cerrar su triplete goleador con un gran cabezazo ante el que nada pudo hacer el debutante Alfonso. De hecho, el debutante fue el principal culpable de que la goleada no fuera mayor. Un borrón muy feo para dejar casi finiquitada una fase de grupos que el Sevilla concluirá como segundo clasificado.