AS (Valladolid)

El Barça está en los huesos

- GEMMA HERRERO

Estando, en el mejor de los casos, acogotados y perdidos por la tercera ola y sus consecuenc­ias, un domingo por la noche hay fútbol. Y es una final. De la Supercopa, pero una final. Sabiendo que el Barça viene de donde viene —la nada— y que el Athletic acaba de contratar a Marcelino y tampoco está para fiestas, la predisposi­ción a la hora de encarar el partido desde el sofá es la de ‘a ver si es divertido’. Y tampoco. Las precaucion­es, el telele, de los dos equipos hacen que sea imposible cualquier atisbo de alegría, de divertimen­to, en la final. Está el suspense del resultado; Griezmann marca primero en el 40’ —y baila ante su cámara, claro— y a los dos minutos De Marcos empata. Cualquier chispazo puede inclinar la balanza y el tanto anulado a Raúl García por fuera de juego le añade tensión. Pero diversión, cero.

Nos acostumbra­mos a todo. A no salir a la calle, a salir sólo durante unas horas, a no vernos, a no abrazarnos, a la angustia, a la incertidum­bre y a los estadios vacíos. Y en esta ausencia de expectativ­as bajamos tanto el listón que corremos el riesgo de dar por bueno lo de que ninguna manera lo es. Tenemos tantas ganas de ilusionarn­os que nos agarramos a lo que sea. El héroe de la semifinal fue Ter Stegen, que frente al Athletic el único trabajo que tuvo fue el de sacar el balón desde dentro de su portería. Y hasta Griezmann, incapaz de descolgars­e el cartel de bulto sospechoso desde que llegó, que estuvo indecente ante el Eibar hace tres semanas y lanzó un penalti a las nubes hace cuatro días, parecía que iba a ser el protagonis­ta de la final hasta que Villalibre empató en el 89’ porque el Barça no está ni para defender en condicione­s un saque de falta cuando el partido agoniza. ¿Y Messi? Pues jugando la prórroga tocado y con la velita puesta de ‘a ver si se le ocurre algo’ hasta que en un ataque de frustració­n soltó un manotazo que le costó la primera tarjeta roja de su carrera. Este Barça, pobrete, está en los huesos. Ya es hora de aceptarlo.

Tenemos tantas ganas de ilusionarn­os que nos agarramos a lo que sea

 ??  ?? Braithwait­e, cabizbajo nada más acabar el partido.
Braithwait­e, cabizbajo nada más acabar el partido.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain