AS (Valladolid)

Más leña para el relato contra Zidane

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lleva uno cada 14’, y eso que arrancó el duelo como suplente y saltó en la segunda mitad...

Ante la falta de confianza de Zidane en Jovic (le dio tres titularida­des a principios de curso; no jugaba desde el 8 de noviembre), el Madrid optó por buscar una salida en la que el jugador se revalorice con goles, de cara a una futura venta o incluso a un segundo intento como madridista. El Eintracht, donde se ganó el billete a Madrid, apareció como el mejor destino para que despertase, pese a que sólo se hace cargo de la mitad de la ficha del serbio estos seis meses (en torno a dos millones de euros).

Contando sus partidos con la selección, Jovic lleva cinco goles y dos asistencia­s en sus últimos cuatro encuentros... y ninguno fue con el Madrid. Un Madrid al que no le sobran los goles, precisamen­te: ha hecho 42 en 25 partidos, con un promedio que no llega a 1,7 por encuentro.

Sorpresas te da la vida. Quién lo iba a decir. Más de mil minutos necesitó Jovic para marcar sus únicos dos goles en el Madrid, los mismos que ha enchufado en media hora en su regreso al Eintracht, donde deslumbró hace dos temporadas hasta el punto de que la entidad blanca llegó a pagar 60 millonazos por él. El propio Zidane ha ayudado a extender la idea de que el serbio fue una petición suya porque se echó el muerto de su fichaje en rueda de prensa. Sinceramen­te, yo le veo más dando el ok que mirando el mercado hasta el punto de decir: “Yo al que quiero es a este y sólo a este”. Nunca sabremos lo que pasó de verdad.

Tampoco sabremos quién tomó la decisión de que se fuera cedido, pero sí que la dirección deportiva dio la luz verde. El gran mal del Madrid es la falta de gol. Uno menos por partido desde que se fue Cristiano. Una vez más todas las miradas van a dirigirse a Zidane. No le dio oportunida­des. Tan sólo un par de partidos seguidos en el arranque. El relato le deja en evidencia. El club sí tiene coartada: había que revaloriza­r al futbolista, que con 23 años no podía seguir sin jugar. De todas formas Jovic iba a participar poco o nada, que para eso está Benzema. Lo mismo le pasará a Mariano. Al serbio se le fue su tiempo en el Madrid entre rupturas del Estado de Alarma y cuarentena­s por el virus. A lo mejor a quien hay que mirar es a él, y no a Zidane.

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Con este gesto de volea con la derecha marcó Jovic el primero de sus dos goles con el Eintracht ante el Schalke ayer.
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