La Copa sin sufrir no tiene ninguna gracia
El Athletic se ha acostumbrado estos dos años a sufrir en la Copa y parece que adora este padecimiento. No hay un cruce en el que haya pasado silbando. Bueno, sólo los trámites de Intercity y Sestao River la temporada pasada. Va superando rondas con remontadas, penaltis, taquicardias... La eliminatoria de ayer empezó con derrota. ¡Qué raro!
Como en Ibiza, tuvo que remar contra la corriente. El sistema de cambios fue el mismo: Raúl García y Muniain primero y, después, Williams y Dani García. El equipo interpretó mejor lo que había que hacer en el pequeño El Collao: poner el balón en el área o cerca y tener voracidad ahí. Encontró la verticalidad precisa y fue más pragmático.
Alicante ha sido una tierra de prosperidad rojiblanca. Intercity, Elche y Alcoyano han dado alegría a los leones estas dos temporadas. Marcelino revolucionó el once, con muchos meritorios, para tener al personal enchufado. Lekue era el que más partidos tenía a sus espaldas en el equipo titular, con 142. Estrenó capitanía, el brazalete con menos encuentros desde 2001. Pero el equipo en el primer tiempo no agredía al rival. La banda izquierda se activó tras el descanso y con la magia de Muniain y la movilidad de Raúl más la artillería de Williams, al final se impuso la lógica del Primera sobre un Segunda B. Cuarta remontada seguida. ¿Quién para a esta gente?