La noche sin fin de Hansen, la estrella de Dinamarca
El lateral fue expulsado en cuartos
■ Según las cifras oficiales de la televisión danesa, 2,1 millones de habitantes del país (5,8 es el total) estuvieron pendientes del desenlace del partido entre Dinamarca y Egipto, decidido en los penaltis por un gol, con el lateral Mikkel Hansen alejado del banquillo y sentado en una silla con otro jugador, local, también expulsado y por una acción semejante: obstaculizar la puesta en juego del balón en los últimos 30 segundos del partido.
Ayer el lateral izquierdo titular de la selección danesa, y uno de los deportistas más mediáticos del país, admitió en una conferencia de prensa que había tardado en conciliar el sueño en una noche que le pareció interminable. “No hace falta que diga los motivos de ese insomnio. Por suerte, aunque el ataque estaba un poco atascado, la defensa y Niklas Landin permitieron la victoria”.
La cara de contrariedad y autocrítica de Mikkel durante el final del encuentro era elocuente. No entendía cómo con sus años en el balonmano había cometido un error de tal calibre: a tres segundos del límite, con el balón en su poder, con un gol de ventaja, los árbitros señalaron pasivo y él lanzó el balón: “Fue algo instintivo. Vi a Svan sin marca y se la pasé. Podía haber hecho cualquier otra cosa un segundo antes o dejar el balón en el suelo, porque el rival no hubiese llegado a nuestra área. Me equivoqué. Fue un error. Por suerte el equipo pudo solventarlo y hoy jugaremos las semifinales ante España”. Hansen se había perdido dos partidos por un virus gástrico.
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