“Se verá mi mejor versión” Bruno Hortelano
Bruno Hortelano (29 años) desgrana con AS el cambio radical de método de trabajo, la nueva manera de afrontar la vida, su estado físico y mental, y las piedras de la mochila. Todo con las miras puestas en los 200 metros de Tokio.
—¿Cómo está de sus lesiones?
—Empecé 2020 con una hernia discal y en febrero tuve alguna lesión de isquio. Y en marzo, el confinamiento. En verano volví a competir pese a la lesión discal que, aunque fue tratada, reapareció. Y me lesioné en Estocolmo. Lo vi casi como necesario. Es raro usar esa palabra, pero fue la manera de evaluar realmente cómo podía mejorar porque el problema no era que fuera suficientemente rápido sino que tenía que evitar lesiones.
—El confinamiento ayudó al cambio, pero ¿cómo lo afrontó?
—Empecé con incertidumbre porque los Juegos se aproximaban y debía competir, clasificarme... y no podía. Tuve una semana de agitación hasta que lo solté y este gesto acabó siendo potente ya que aprendí qué era la aceptación. Soy deportista 24 horas y debo controlar todo, pero eso conlleva rigidez que a mí me ha afectado. El confinamiento me dio fluidez, también en mis ansiedades. Rasqué dentro de mí y empecé a encarar y aceptar partes que me daban miedo hasta entonces.
—Transmite que ha sido una evolución positiva.
—Siento que he tenido un gran crecimiento. Tengo los mismos objetivos pero mi forma de encararlos ha cambiado. Jesús Álvarez-Herms, fisiólogo y entrenador, me está preparando para Tokio intentando eliminar aspectos nocivos. Por ejemplo, he cambiado mi dieta a comidas naturales en la línea que necesita mi cuerpo. Miramos más cómo recuperarlo, el objetivo es evitar lesiones. De un estado reactivo en el que un estrés importante, como una competición, lo hace reaccionar negativamente a tratar con esos estímulos dentro del rango de confort. También estoy con un genetista bioquímico para la nutrición y con un quiropráctico que me ayuda con la mecánica y posibles molestias. Estamos matizando detalles para sacar ese 1% que marcará la diferencia entre hacerlo bien o excelente. No por ganar o perder, sino por dar lo máximo de mí.
—¿El cambio ya da frutos?
—Sin duda porque no tengo molestias y me recupero mucho mejor. Perdí tres kilos en un mes sólo de retención de líquidos. He sincronizado mis momentos de activación con los ritmos naturales de mi cuerpo y entreno en esos dos o tres picos de más activación. La hidratación ha variado y he mejorado la función del hígado, la renal... Jugamos con los límites, sin ir más allá. Estoy más preparado para los entrenamientos.
—¿Cuál es el plan para Tokio?
—Estoy en una fase específica de entrenamientos de cara al 200 y empezaré a competir quizá a finales de marzo aunque no tengo carrera confirmada. Y no planeo todo tanto; mi mentalidad ahora es fluir. Quizá en abril me dedique a entrenar o compita algo, cosa que haré más en mayo y junio para en julio tener mínima olímpica y clasificarme para los Juegos.
—¿Tokio puede cerrar el círculo del accidente de 2016?
—Pensaba que sería así y no lo descarto, pero ya no busco finiquitar una etapa tan personal. ¿Y si no me clasifico? He dejado atrás en gran parte el accidente. Confío en mí mismo de una forma distinta. No solo en mis capacidades como deportista, que también, sino que mis valores se han solidificado y puedo avanzar con honestidad total. El futuro es limpio, sin cargas. El accidente fue muy duro pero también me aportó bien para afrontar debilidades de carácter y personalidad, aunque también es un lastre. Por eso aprovechando que tenía tiempo, quietud y silencio he ido quitando piedras de la mochila. Este trabajo ha sido mío, pero he tenido ayuda de personas especiales que han aparecido en mi camino.
—Le veo muy fuerte mentalmente. En 2021, ¿veremos al mejor Bruno Hortelano?
Confinado “Rasqué dentro de mí y acepté partes que me daban miedo”
—Sin duda, me siento más fuerte que nunca. No sé cuál será mi rendimiento en pista, pero ya no me preocupa. He pasado uno de los mejores años a nivel personal y ahora quiero avanzar buscando autenticidad. Me preguntas si se verá mi mejor versión y te digo que sí, pero no hablando del rendimiento aunque creo que también, todo irá en conjunto porque mente y cuerpo en paz funcionan mejor. El objetivo está aquí y ahora, en el día a día, y es sacar lo mejor de mí con tendencia siempre hacia delante. La metáfora de la mochila y las piedras es perfecta. Me he quitado muchas y podré afrontar mis carreras, que es lo que interesa al aficionado al atletismo, con plenitud.