Los hombres de Paco
Roger consiguió el gol del triunfo en el minuto 120 ● El Levante, ante su primera semifinal oficial
Roger (quién si no), a pase de Morales (cómo no), firmó uno de los goles más relevante de la historia del Levante; quizás sólo lo superan aquellos que supusieron sus ascensos a Primera. El club de Orriols, gracias a ese gol, alcanza por primera vez en sus 111 años de historia las semifinales de la Copa del Rey (fueron campeones de la Copa de la España Libre de 1937, pero la RFEF aún no le ha dado rango de oficial a ese título). Ese gol, que llegó en el 120’, dejó en la cuneta a un Villarreal que encontró en Cárdenas su martirio y en Roger a su verdugo.
Paco López, seguramente, dejó atónito a más de uno con su once, aunque al bueno de Silla hay que llamarle maestro. El Levante jugaba uno de los partidos más importantes de su historia y lo hacía sin Roger, Morales, Melero... hasta ocho cambios hacía con respecto a su pica en Flandes en Madrid. Pero Paco apostó por quienes le habían llevado tan lejos y, de refresco, por las leyendas. Todos ellos son un equipo: los hombres de Paco.
Emery, que se llevó su primera decepción como entrenador del Villarreal, echó mano de lo mejor que tenía disponible, dejando así constancia que el vasco llegó al Villarreal pensando en tocar metal y anoche dijo adiós a la vía más cercana. Su única apuesta no forzada fue la de Pedraza y por el rendimiento del cordobés, acertó.
Paco López planteó un partido de contención, quería hacerlo largo e ir llamando poco a poco a filas a su artillería; Emery quiso que su equipo jugara a lo que sabe, a tener la posesión. Más allá de planteamientos, la puesta en escena fue frenética. En dos minutos ya había tenido su oportunidad cada uno. Dani Gómez no llegó por un pelo a un centro de Bardhi y Cárdenas sacó, con reflejos y apuros, un remate a bocajarro de Pau Torres.
Tras ese toma y daca de ocasiones iniciales, el partido se puso en modo silencio. El balón lo tenían los amarillos, aunque casi siempre donde a los granotas no les incomodaba que lo tuvieran. Albiol se hartó de tocar esférico y Alcácer, de verlo pasar. El Villarreal sin Gerard Moreno es más mundano y previsible. Sólo generaban peligro en la estrategia de córners y faltas laterales. Ahí sí sufría el Levante, un equipo que no perdía el sitio, pero tampoco encontraba espacios. Hasta el descanso, un remate de Dani García y ya.
Cárdenas, héroe en Fuenlabrada, permitió que ‘el efecto banquillo’ tuviera el sentido que buscaba Paco López. El guardameta, el mejor de los suyos, del partido en general, evitó en el 49’ que Alcácer celebrara un gol tres meses después. Así, por Cárdenas, el partido seguía 0-0 cuando los Morales, Miramón, Melero, Roger, Clerc y después León entraron a escena.
Con ellos el Levante pasó a jugar con su clásico 4-4-2; por ellos Emery tiró a los suyos unos cuantos metros atrás. Ahí el dominio se equilibró. Pero los amarillos cerraban bien los espacios y la única intervención que tuvo que hacer Rulli fue a remate equivocado de Pedraza. El Villarreal llegó al minuto 90 en campo rival, instante en el que Cárdenas evitó el gol de Parejo tras saque de falta y Postigo, bajo palos, sacó el rechace de Baena, evitando la eliminación del Levante, dando paso a 30 minutos más y asistiendo sin saberlo a que Roger hiciera historia. En la prórroga sólo pasaron dos cosas: un penalti que pitó Soto Grado pero que González Fuertes lo dejó, con razón, en falta fuera del área, y ese gol en el 120’ de Roger. Historia que tú hiciste.