El regreso de los gigantes
Nikola Jokic y Joel Embiid son los dos grandes favoritos al MVP después del arranque de temporada
Joel Embiid, una montaña de músculo de 213 centímetros, nació hace 26 años en Camerún. “Mi vida ha sido de película: lo juro por Dios”, aseguró cuando recordó que no había jugado un partido serio de baloncesto hasta que se estrenó en un instituto de Florida, donde llegó con 16 años. Aprendió viendo vídeos en YouTube (su primera búsqueda fue “cómo tirar triples”) y gritaba “Kobe” cuando anotaba sus primeras suspensiones. Hoy, Embiid es el jugador franquicia de Philadelphia 76ers, tres veces all star (serán cuatro en unas semanas) y acaba de ser elegido Mejor Jugador de diciembre y enero en la Conferencia Este: promedia 28,3 puntos, 11,1 rebotes y casi 2 tapones. Y sus Sixers lideran el Este, 15-6 total gracias a un demoledor 14-2 en los 16 partidos que ha jugado Embiid, la montaña de Yaundé.
Nikola Jokic mide 2,11, tiene 25 años y va camino de su tercer All Star. Creció en Sombor, a algo menos de 200 kilómetros de Belgrado. Aficionado al waterpolo y los caballos, aprendió a amar la NBA viendo a Michael Jordan y Kobe Bryant en YouTube. Así que en 2015, con 20 años, cruzó el Atlántico y dejó con un palmo de narices a los grandes de Europa, que ya se peleaban por firmar a un jugador único, un talento bohemio e imposible. Hoy, Jokic es el jugador franquicia de Denver Nuggets y promedia en una temporada asombrosa 26,8 puntos, 11,8 rebotes y 8,6 asistencias. El genio de Sombor, ha sido elegido Mejor Jugador de diciembre y enero en el Oeste.
Embiid y Jokic son dos colosos en una Liga en la que los jugadores interiores han cedido el protagonismo. Un baloncesto en el que manda el tiro de tres, la generación de espacios... En esa nueva NBA, Embiid y Jokic son, casi a contra natura, los dos principales favoritos al MVP con más de un cuarto de temporada ya completado.
Sería el tercer MVP seguido para un jugador no estadounidense después de los dos de Giannis Antetokounmpo. Y sería el regreso de la corona de rey para un pívot puro, algo que no sucede desde Shaquille O’Neal en 2000. Más de 20 años después, la magia poliédrica de Jokic y la percusión sísmica de Embiid apuntan a un trofeo que dominaron los pívots (seis de Kareem Abdul-Jabbar, cinco de Bill Russell, cuatro de Wilt Chamberlain, tres de Moses Malone…), cuando se decía aquello de “para jugar bien ficha a un base, para ganar ficha a un pívot”. La NBA, aunque ha cambiado mucho desde entonces, sigue siendo tierra de gigantes.
Una rareza El último pívot puro que se llevó el MVP fue Shaquille en el año 2000