Carrera de supervivencia
La primera cita en España con equipos World Tour la ganó Nizzolo, uno de los que pudo sortear las caídas y los cortes
Giacomo Nizzolo se llevó la victoria en la Clásica de Almería, la carrera andaluza que se convirtió ayer en la primera cita ciclista del año en España con equipos World Tour, después de que la pandemia obligara a aplazar otras como Mallorca o Valencia. Una prueba de velocistas en la que se dieron cita algunos de los corredores más rápidos del pelotón, pero que, a la hora de la verdad, se convirtió en una carrera de supervivencia en la que las caídas y los cortes impidieron a muchos de los favoritos optar a la victoria.
Las escapadas, entre las que se filtraron, entre otros, nombres como Luis Ángel Maté en su estreno con el Euskaltel y Oier Lazkano (Caja Rural), o posteriormente Ibon Ruiz (Kern Pharma) y Ángel Madrazo (Burgos) nunca tuvieron muchas opciones en una carrera con un perfil en el que los equipos con velocistas dejaron claro que no iban a permitir alegrías. Así, con el grupo compacto, se llegó al tramo final, en el que se rodó a velocidades de vértigo.
Y ahí empezaron los problemas para muchos de los favoritos. El Deceuninck tensó el grupo y la tensión empezó a aflorar en forma de cortes (había zonas donde pegaba viento) y caídas. Curiosamente, las bazas del equipo belga también las sufrieron, caso de Mark Cavendish o un Álvaro Hodeg que se fue al suelo en una montonera que también afectó a Iván García Cortina, la principal arma de un Movistar que también alineó a Alejandro Valverde en su primera carrera de este 2021 (acabó 55º).
Con ese panorama se llegó a los últimos kilómetros, en los que la tensa lucha por la posición en las calles de Roquetas de Mar también descartó a algún ilustre como Fernando Gaviria. El Deceuninck, que siguió a lo suyo, preparó la llegada para Florian Sénéchal, pero fue Giacomo Nizzolo, enfundado en su maillot de campeón de Europa, el que levantó los brazos con una gran remontada. Aberasturi fue el mejor español, cuarto, y Cullaigh, el británico del Movistar, séptimo.
El triunfo del italiano significa una victoria de enorme importancia para su equipo, el Qhubeka sudafricano, que tantos problemas tuvo para encontrar el respaldo que le permitiera seguir en la máxima categoría del ciclismo mundial. Y la celebración de la carrera, una esperanza para el resto de pruebas españolas que lidian por salir adelante.