AS (Valladolid)

Haaland arrasa

Doblete y asistencia del delantero noruego ● El Sevilla se hunde en el primer tiempo ● De Jong permite soñar con una remontada épica

- JOSÉ Mª LÓPEZ /

El Sevilla sucumbió ante el Borussia Dortmund, o mejor dicho, ante un Erling Haaland que pone en chino las posibilida­des de clasificac­ión de los de Lopetegui. Una asistencia y dos goles del noruego destrozaro­n a los locales en una primera parte en la que no apareciero­n en ningún momento las señas de identidad sevillista­s. El gol de De Jong en el tramo final del encuentro deja entreabier­ta la puerta de la épica de la que tendrán que hacer uso los de Nervión para remontar en la vuelta.

Se las prometía muy felices el Sevilla, puesto que su mal inicio de partido tuvo premio en lugar de castigo. El Borussia Dortmund asfixió con su presión la salida de balón de los de Lopetegui, a los que no les duraba nada la posesión. Sin embargo, una recuperaci­ón de Fernando acabó en los pies de Suso, que engañó preparando el disparo con su zurda, quebró a Sancho, chutó con la derecha y acabó cantando gol gracias al desvío definitivo de Hummels.

Sólo habían pasado nueve minutos y lo que debería haber supuesto un golpe a la moral de un equipo tan irregular este curso como el Borussia Dortmund, no lo fue ni por asomo. Los de Terzic siguieron mostrándos­e mucho más cómodo con el balón, asomándose al área de Bono y, ahora sí, apareciend­o Haaland. Porque el empate llevó la firma de Dahoud con un bellísimo disparo a la escuadra desde fuera del área, pero el balón llegó a sus pies gracias a la potencia del noruego, al que ni Escudero ni Jordán lograron detener.

Cada equipo acumulaba un tiro a puerta y un gol. La efectivida­d no iba a variar, para desgracia de un Sevilla que no sabía como parar a Haaland. En esta segunda ocasión, el ariete cogió el balón en el centro del campo, se fue sin que nadie pudiera o supiera detenerlo, hizo la pared con Sancho y batió a Bono. Las caritas de los jugadores del Sevilla eran un poema, Lopetegui se desgañitab­a y la película pintaba muy negra.

Y peor se iba a poner, puesto que el partido pareció venirle grande a demasiados futbolista­s del Sevilla. Lo sorprenden­te es que dos de los más señalados fueran dos veteranos como Rakitic y Papu Gómez, protagonis­tas de una pérdida absurda en el centro del campo que dejó a Haaland, de nuevo, solo delante de Bono. Y como es costumbre en él, sumó otro gol a su cuenta. Makkelie pitaba el descanso y el marcador señalaba un 1-3 tan justo para el Borussia como sonrojante para el Sevilla. Y si la distancia no era mayor, es porque Bono salvó alguna de las suyas.

Soluciones. Había que hacer algo y la decisión de Lopetegui fue la de meter cemento en el centro del campo dando entrada a Gudelj por un

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Haaland define con sangre fría ante Bono tras haberse impuesto por fuerza y velocidad a Diego Carlos en la acción del 1-3.

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