Contra el reloj
Se cumplen ocho años de la última victoria del asturiano, España 2013. Nadie ha ganado tras una sequía así
posición de partida, y una estrategia a la desesperada en Barcelona que fue fruto del décimo en parrilla. El asturiano está satisfecho porque el Alpine A521 progresa y es más competitivo de lo que auguraron las primeras carreras. En una campaña de 23 grandes premios, es cuestión del tiempo adaptarse a las circunstancias de su monoplaza, pero le faltan las últimas dos décimas en clasificación que le harían la vida más fácil cuando se apagan los semáforos.
El trabajo desde el garaje para facilitar la integración del bicampeón con el coche de Enstone es enorme. En las próximas semanas revisarán las características de la dirección asistida del Alpine A521 para ayudar al confort de Alonso, “acostumbrado a otro tipo de asistencia” en el volante. Al mismo tiempo, aprovechan las semanas entre carreras para trabajar en remoto, preparar los circuitos que vienen con el simulador y mantener la comunicación constante con el grupo de trabajo de los ingenieros. Están habituados, en los años recientes Sainz, Ricciardo u Ocon tuvieron unos primeros meses grises antes de extraer el verdadero potencial de los Renault que pilotaron.
Alpine Aspira a ganar carreras con las reglas de 2022
Futuro. Alpine no aspira a ganar carreras en 2021, aunque algún podio suelto sí debería ser un botín posible para el mismo equipo que subió tres veces al cajón durante 2020, en Nurburgring, Ímola y Sakhir. Mónaco es un buen lugar para intentarlo, porque las estrecheces de Montecarlo permiten defender una buena clasificación frente a coches con más ritmo. En 2022, con un ambicioso cambio de reglas técnicas que simplificará la aerodinámica de los coches, la firma francesa sí se plantea volver a luchar por victorias en un terreno de juego más equilibrado. Para entonces, el proceso de adaptación de Alonso en su regreso a la F1 habrá quedado ya como un mal sueño. ¿También la sequía?