Primer aviso
de espalda e incluso con carácter atacante. Respondió, controló y arrancó. Y ojo con Vlasov.
Hambre. El ruso del Astana es ahora el mejor clasificado entre los candidatos a alzar el Trofeo Senza Fine. Evenepoel se encuentra a cuatro segundos; Carthy, a 14; Bernal, a 15; y Landa y Yates, a 25. Escasas diferencias, aunque Vlasov afirmó que aterrizó en Turín con ánimo de revancha (se retiró el año pasado por problemas estomacales) y con espíritu de no hacer prisioneros. Con la misma hambre se rodó en la escapada. Parecía que el triunfo se lo iban a jugar Rein Taaramäe, un clásico ahora en las filas del Intermarché, y Christopher Juul-Jensen, pero Dombrowski y De Marchi les despegaron las pegatinas en las rampas más duras de Colle Passerino.
Lluvia, frío y una fuga numerosa de 25 corredores. A los favoritos les sobraron los motivos para desentenderse de la etapa de Sestola, aunque apretaron en los kilómetros finales para guardar las formas e intentar que los escapados no alcanzaran la maglia rosa. Sin embargo, no bastó. El estadounidense Joe Dombrowski se anotó su primera victoria en una grande y el italiano Alessandro de Marchi alcanzó el liderato. Alegría desbordada en ambos casos. Además, los test de antígenos confirmaron que la burbuja del Giro continúa intacta: 650 negativos. Todo marcha, con acción desde el primer momento. Que siga igual hasta Milán.