Bale quiere volver a soñar
Gales se estrena ante Suiza con la ilusión de repetir la hazaña lograda en la Eurocopa de 2016
Si hay algo que le motive a Bale más que jugar al golf es estar con su selección. Si encima lo hace lo más aislado posible, mejor. Bakú parece un lugar idóneo para ello, más aún si la federación galesa le ofrece para él solo cuatro plantas del hotel de concentración. Quien sabe si Florentino lo hubiera mimado así qué jugador sería. Lo que está claro es que con Gales es otro futbolista. Se siente el líder y lo tratan como tal. Y Bale responde dejando atrás esa imagen de jugador desesperante que tantas veces se vio en el Madrid para ser un futbolista comprometido con la causa, que no es más que volver a meter a su selección entre los grandes de Europa.
Cinco años después de guiar a Gales a las semifinales de la Eurocopa, la mayor hazaña del fútbol galés, Bale vuelve a liderar a sus compatriotas en un gran torneo en una situación bien distinta. De aquel jugador que opositaba para Cristiano sólo queda el nombre. Sigue teniendo el don del gol (16 con el Tottenham en los pocos ratitos que ha jugado), pero su ambición se transformó en pasividad y en los últimos años se ha preocupado más por presumir de su swing que de su pierna izquierda. Si Gales quiere volver a soñar, necesita la mejor versión de Bale. Y ganarle esta tarde a Suiza, por supuesto.
La selección suiza es un equipo que aparenta menos de lo que es. Sin grandes estrellas, es un equipo ordenado, muy dinámico y bastante cercano a la burguesía del fútbol europeo. Solo así se explica su presencia en la próxima final de la Nations League, en la que se coló tras arrebatarle a la poderosa Bélgica el primer puesto de su grupo. Akanji, defensa del Dortmund, Xhaka, medio del Arsenal y Shaqiri, delantero del Liverpool, forman la columna vertebral de esta Suiza tan bien armada por Petkovic. En un grupo en el que Italia parte como favorita para pasar a octavos, golpear en la primera jornada a un rival directo es meterse medio pase en el bolsillo.