La ciudad santa de la Euro y de la Clericus Cup
Roma mezcla fe religiosa y futbolística desde sus calles hasta los Museos Vaticanos. El torneo entre seminaristas, la guinda
La Ciudad Santa tiene aroma a fútbol hasta en los lugares de mayor culto. Roma es el epicentro religioso de Europa y también estos días el de la Eurocopa por su pistoletazo de salida a un torneo que recorre diez ciudades más. El fútbol se vive en los templos más sagrados de la capital italiana. No hace falta irse al Olímpico o a las sedes de Roma y Lazio para darse cuenta. Basta con un paseo por la Plaza de
San Pedro o por los Museos Vaticanos.
Muchos sacerdotes o seminaristas van y vienen con prisa. Saben que durante el próximo mes se juega en su ciudad el torneo de selecciones más importante del Viejo Continente. Es difícil que se detengan un minuto en sus atareados quehaceres. Los hay que sí se aventuran a hablar de fútbol un rato, incluso quieren darle toques a un balón. Dos de ellos vienen desde Francia. “Ganaremos la Euro”, cuentan. “Tenemos a Benzema”.
La mezcla entre religiosidad y fútbol es una imagen icónica estos últimos años en Roma gracias a un torneo cada vez más conocido: la Clericus Cup. Esta competición fue oficialmente fundada en 2007 y la juegan entre sí los diferentes Colegios Romanos de la ciudad. Han llegado a disputarlo seminaristas de 65 diferentes nacionalidades. Su lema es muy concreto: “Revitalizar la tradición del deporte en la comunidad cristiana”.
Tarjeta azul. El equivalente clerical al Mundial de fútbol fue creado por Tarcisio Bertone, cardenal secretario del Estado. Ya antes Jim Mulligan, un seminarista del Pontifical Beda College, había promovido la disputa de un torneo en la ciudad de Roma entre miembros de la Iglesia. No hay tarjetas rojas ni amarillas, sino azules que mandan cinco minutos al banquillo al que las ve. El objetivo es hacer reflexionar al que comete una infracción, no castigarlo como ocurre en cualquier otro partido corriente.
La devoción por el fútbol llega hasta las más altas esferas del clero. En los Museos Vaticanos también es posible encontrarse con elementos que cautivarán a los aficionados que hagan el recorrido de la Capilla Sixtina y la Basílica de San Pedro. El papa Francisco, argentino e hincha reconocido de San Lorenzo de Almagro, creó una pequeña vitrina con algunos recuerdos de personalidades del fútbol que lo visitaron. Hay una camiseta de Maradona y numerosos detalles del Ciclón, el nombre con el que se conoce a San Lorenzo.
El fútbol se cuela en la tradición católica de una ciudad rendida a sus dos fes: la religiosa, por supuesto, pero también la futbolística. La Euro aumenta esta sensación de convivencia. Se puede ser creyente y forofo a la vez, no hay problema.
Mundial El torneo del clero se juega desde 2007 y con seminaristas de 65 países
Su otra fe Estos días de Euro se refuerza la afición por el fútbol
Vaticano Hay una vitrina con regalos al Papa Francisco