20 rebotes en rojo en Tel Aviv
Aunque el prodigio Doncic se inventó una nueva travesura en baloncesto, la jugada del 0-7 (cuatro tiros libres consecuencia de una falta con tres tiros más la técnica a Spahija, y un triple más en la misma secuencia), no hay milagros en baloncesto. Aunque el juego evoluciona y tiende cada vez más a alejarse del aro, en esto todavía cuentan los altos hasta nueva orden y el Madrid no pudo disimular las ausencias de Ayón y Kuzmic en Tel Aviv. El Maccabi, un equipo caótico que corre desbocado a la velocidad de Norris Cole y Pierre Jackson, ganó 90-83 pero, sobre todo, hizo un roto en el rebote a los de Laso: 53-33. El Madrid sumó 23 capturas en defensa y permitió nada menos que 22 en ataque de los israelíes. Tyus, único superviviente del Maccabi campeón de 2014 en Milán, se puso las botas. Fue un partido de emociones fuertes y con un gran contenido de plasticidad, especialmente la que le da a la Euroliga un escenario tan impresionante como la Mano de Elías. Equipos como el Maccabi hacen grande la competición por más que la temporada pasada fueran un desastre (10 victorias y 20 derrotas). Lo intentó el Madrid con Randolph y Doncic, sus dos jugadores franquicia, y con Felipe, a quien le sigue alcanzando el corazón donde ya no le llegan las piernas. Sus 12 puntos mantuvieron en carrera al Madrid que, agotado, se venció al final. No es una derrota irreparable. Para Laso hay otras urgencias. De momento, acelerar la adaptación del gigante Tavares, jugador que estaba a punto de irse al Barça, vestirá de blanco y debutará en un Clásico. Cosas increíbles del deporte.
“...AUNQUE EL JUEGO EVOLUCIONA Y SE ALEJA DEL ARO, LOS ALTOS AÚN CUENTAN...”