El BMW Serie 1 es fiel a sus principios
El compacto alemán renuncia a la tracción trasera pero no por ello a las cualidades que lo convierten en uno de los modelos más dinámicos y atractivos dentro de su segmento
La deportividad en la conducción de automóviles se asocia a la tracción trasera. Que sean las ruedas posteriores las que propulsen al vehículo se traduce en un comportamiento y reacciones que han definido a marcas como BMW, con muchos de sus modelos usando tradicionalmente tal solución. Incluso en los de acceso, como el compacto Serie 1.
En su tercera generación eso pasa a la historia. El nuevo Serie 1 monta ahora los motores de forma transversal (antes longitudinal) y la potencia se transmite al eje delantero. Una combinación bastante más habitual en su segmento y que no supone grandes renuncias para la última propuesta de la casa alemana.
Cierto es que se han perdido algunas sensaciones, emociones casi se podría decir, que ofrecen los coches de propulsión, pero este Serie 1 sigue siendo una de las referencias en cuanto a dinamismo en la conducción.
El coche gira a la menor insinuación al volante, lo hace con rapidez y aplomo, bastante plano sobre el asfalto y transmitiendo una seguridad que invita a disfrutar de cualquier tipo de carretera. Quizá en confort se vea superado por rivales del mercado, aunque esta no es la filosofía que pretende imprimir BMW a sus modelos.
La versión de acceso a la familia (que ya supera los 33.000 euros) es el 118i, que recurre a un motor de sólo tres cilindros y 140 CV de potencia. Sus prestaciones son suficientes y la suavidad de funcionamiento sorprende para tratarse de un propulsor con tal configuración. Sólo se muestra algo perezoso en aceleraciones si el conductor no permanece atento a las relaciones de cambio, con sus 1,5 litros de cubicaje y el turbo la elasticidad dista de ser su principal cualidad.
El habitáculo ofrece una capacidad satisfactoria para sus dimensiones generales, mientras que la calidad de los acabados es la propia de una marca de su posicionamiento. El avance es reseñable en todo lo que se refiere a tecnología: desde la instrumentación digital a la conectividad, pasando por multitud de asistencias a la conducción que, sin duda, resultan muy valiosas.