Olor a pólvora en la primera línea de fuego
Un Getafe dolorido contra un Alavés en descenso
Una vez que se cruza el ecuador del campeonato las jornadas ganan en trascendencia y hay partidos que huelen a pólvora. Este es uno. El Alavés está pálido por la posibilidad real del descenso. El Getafe reaparece dolorido y con rasguños tras el 5-1 encajado en San Mamés, la mayor derrota en Primera sufrida por Bordalás precisamente ante su archienemigo Marcelino.
Sea cual sea el resultado en ningún caso definirá el futuro, pero puede dejar herida.
El Getafe acumula problemas en defensa como va sobrado de soluciones en ataque. El COVID se ha cobrado una nueva víctima, Olivera, y reponiéndose están Cabaco y Cucho. Eso hace que Chakla, fichaje que llegó ayer y de inmediato se entrenó, pueda ser titular en el eje de la defensa.
Arriba, las llegadas de Aleñá y Kubo han traído nuevos aires y han dado oxígeno al equipo. Y a Bordalás, harto ya de jugar las partidas con pocas cartas.
Si el Getafe gana soltará lastre definitivamente (o casi). Si pierde, notará el aliento del descenso.
Sin margen. Menos margen de error maneja Abelardo, santo al que siempre rezan en Vitoria cuando necesitan un milagro. El técnico asturiano, experto en llegar a la orilla sin que le lancen un flotador, confiará en la experiencia: Lucas Pérez, Manu García, Martín... Los veteranos son los que mejor saben mover los nervios.